01 mayo, 2011

Un cubano fiel en la Plaza


Hay un hombre en la Plaza de la Revolución José Martí, de La Habana, que viene todos los años a celebrar el Primero de Mayo. Tiene las motivaciones de todos los cubanos, pero se diferencia de muchos porque defiende las razones de Cuba dentro las propias entrañas del monstruo.

Andrés Gómez, vino con otros 16 miembros de la Alianza Martiana y de la Brigada Antonio Maceo, que en Estados Unidos libran una ardua lucha por la liberación de los Cinco Héroes cubanos presos injustamente en cárceles de ese país, contra el bloqueo económico, comercial y financiero que nos mantiene el imperio y a favor de nuestro sistema.

Como siempre, se molesta por cada injusticia cometida contra Cuba, una de las más recientes, el hecho de enjuiciar al connotado terrorista Luis Posada Carriles por crímenes menores, cuando tiene en su abultado prontuario la sangre de decenas de cubanos y personas de otras naciones, que han muerto mediante actos terroristas ideados, dirigidos y financiados por él.

“El reciente proceso seguido contra Posada, en El Paso, Texas, fue una farsa, eso lo deben conocer los norteamericanos y en todo el mundo.

Como él, también están cerca de 2 mil amigos de Cuba que han llegado desde 63 países, para mostrar el apoyo a esta pequeña Isla que no se doblega ante la fuerza del imperialismo.

Por todo lo que nos une y nos levanta

Marchemos por todo lo que nos une y nos levanta, por la nación, Fidel, por Raúl, por el Partido, la Revolución y el Socialismo, por la justicia social para todos y por el progreso nuestro y de la humanidad, echemos nuestra suerte, como dijera Martí, junto con los pobres de la tierra, y cambiemos en la fragua del trabjo, el mundo de hoy y de mañana.

Expresó Salvador Valdés Mesa, miembro del Buró Político del Partido y secretario general de la Central de Trabajadores de Cuba, en una alocución al pueblo de Cuba, en los instantes precedentes al inicio del desfile por el Primero de Mayo, en la Plaza de la Revolución José Martí, de La Habana.

Resaltó la alegría y entusiasmo de los cubanos para celebrar el Día Internacional de los Trabajadores, renovado tras la exitosa realización del VI Congreso del Partido Comunista de Cuba.

Lo hacemos porque respaldamos los acuerdos del Congreso y los lineamientos de la política económica y social de la Revolución, en cuya discusión participamos con nuestros criterios y sugerencias, que se tomaron en cuenta como muestra de genuina demostración de democracia revolucionaria. Nos concentramos y desfilados en calles y plazas para ratificar que el Socialismo es nuestra opción, enfatizó el dirigente del movimiento obrero cubano.

Dijo que, esta mañana también marchan quienes ya no están físicamente, porque nuestra presencia es un homenaje a los caídos en la lucha por la independencia y la defensa de la Patria durante siglos y en particular a los héroes y heroínas que hicieron posible que conmemoremos, este año, el aniversario 50 del carácter socialista de la Revolución y la victoria de Playa Girón.

Valdés indicó que los cubanos conmemoramos los centenarios de los nacimientos de tres paradigmas: Lázaro Peña, Jesús Menéndez y José María Pérez, cuando se cumple medio siglo de la celebración del Primero de Mayo en defensa del Socialismo. En aquella época, los cubanos ya sabíamos leer y escribir, gracias a la gigantesca campaña de alfabetización, gracias a lo cual, los trabajadores y el movimiento sindical de la Isla, no somos simples espectadores de los cambios.

Ratificó que en defensa de esos valores, debemos situar en primer plano el trabajo, el ahorro, la disciplina, el orden y la exigencia como manera de superar nuestras deficiencia y errores. Lo haremos con unidad, el arma estratégica de la Revolución, que se fortalece y consolida con ella.

Reconoció que este movimiento se engrandece también con la incorporación de decenas de miles de trabajadores no estatales, que junto a todo el pueblo, desfila este Primero de Mayo.

Expresó la eterna gratitud a las delegaciones extranjeras que nos acompañan, a los trabajadores de cualquier parte del mundo que admiran a Cuba y su Revolución.

El espíritu internacionalista que conservamos los cubanos nos lleva a manifestarnos por alcanzar la paz, en rechazo a las guerras imperiales, al dolor y sufrimiento que ellas causan. Y los sabemos nosotros después de cinco décadas de lucha contra el bloqueo que nos impone Estados Unidos; lo sienten además, nuestros Cinco Héroes, injustamente encarcelados en prisiones del imperio durante más de 12 años. Por su libertad y regreso a la Patria, marchamos.

Cuba: de plaza en plaza


El primer día de mayo llega como la primavera. El preludio nocturnal, la madrugada y la aurora son frescos. Con el rocío de la noche los cuerpos se refrescan, se alistan para el calor que deben soportar después que despierte el sol.

Cuando amanece este día, Cuba es multicolor. El rojo del suelo, el verde de los campos y el azul del cielo se tiñen, se salpican con las ropas de millones de niños, jóvenes, mujeres y hombres, las banderas, los carteles, las pancartas, que andan por nuestra geografía en un eterno homenaje a los trabajadores.

Es entonces, el momento del jolgorio, del saludo efusivo, del abrazo al amigo que no veíamos desde hace tiempo. Del encuentro temprano entre generaciones que se continúan en medio de cambios y transformaciones económicas.

Santiago de Cuba, la ciudad heroica, ubicada en el oriente del país, dará la arrancada para el Primero de Mayo, en Cuba, poco después de que los primeros rayos del Sol asomen en el horizonte; a partir de ahí el pueblo todo fluirá por calles y plazas en una demostración de apoyo a su revolución y al modelo económico que defendemos.

E imagino a mis coterráneos de Sancti Spíritus, que ya a esta hora andan por su Plaza Serafín Sánchez Valdivia, con los múltiples íconos de una provincia que es rebelde y solidaria por herencia y tradición; a los cienfuegueros, por ese Prado y Malecón que se hacen inmensos desde aquella fechas memorables en que recibíamos a los presidentes de otras naciones y amigos que llegaban a la Isla de cualquier parte del universo.

A los nobles pinareños, que enarbolan hojas de tabaco como símbolo de todo el esfuerzo y trabajo de los pobladores de la más occidental de las provincias cubanas, otrora calificada la Cenicienta de Cuba, ahora crecida como cualquiera de los otros territorios. Los ganaderos de Camagüey salieron del ordeño hasta la plaza por esa osadía no quedarse atrás en un festejo que también se hace por ellos.

Y los campesinos de Ciego de Ávila, Artemisa y Mayabeque se suman a los obreros, en esa alianza indisoluble que nos fortalece y exalta la obra de quienes garantizan alimentos para el pueblo.

Así anda Cuba, de plaza en plaza, en otra celebración por el Día Internacional de los Trabajadores.

Raúl está en Santiago

El General de Ejército Raúl Castro Ruz, presidente de los Consejos de Estado y de Ministros preside el acto por el Día Internacional de los Trabajadores, en Santiago de Cuba, que se desarrolará en la Plaza de la Revolución Antonio Maceo Grajales.

A su lado, Lázaro Expósito, primer secretario del Comité Provincial del Partido, en esa provincia, junto a todo el pueblo, que también está acompañado por líderes sindicalistas y religiosos de varios países. En breve comienza el desfile en La Habana.

Día Internacional de los Trabajadores: transformaciones para celebrar



Bajo el intenso sol, desmenuzo las razones que nos llevan nuevamente a esta cita con el Día Internacional de los Trabajadores. Hace apenas unos días (cuando los cubanos desfilamos para celebrar la victoria de Girón) “me enredé” con antiguas colegas y desconocidos, que desde el ciberespacio cuestionan los motivos “de nosotros” para seguir unidos a esta Revolución.

Uno de los textos, decía: “están descubriendo el agua tibia”. Y no es que la estemos descubriendo exactamente, es que preferimos el tibio calor de la Revolución, al frío intenso del capitalismo.

Algunos dicen que nos llevan obligados a las Plazas. Yo me limité a preguntarles: ¿cuántos militares hacen falta para traer a un millón o casi un millón de cubanos que nos damos cita en la Plaza de la Revolución José Martí, en La Habana, y a todos los millones que se juntan en el resto de las plazas? ¿De dónde importamos los soldados?

Ese es un mensaje que la contrarrevolución repite desde muchos años atrás. Me llegó el mismo día que el niño Elián González regresó a la Patria, después de un secuestro que lo retuvo mucho más tiempo que el necesario, en Miami. Apenas se dio la noticia, el pueblo salió a las calles, fue a recibirlo al aeropuerto. No hubo una convocatoria militar, la espontaneidad, la solidaridad, el humanismo nos llevó a las calles.

Hoy nos mueven otras muchas razones. Cuba está inmersa en profundas transformaciones económicas y sociales, y como siempre nos sobra valentía para discutirlas, asumirlas y emprenderlas. Se enrumban nuevas acciones que dan fuerza a la economía: la producción de alimentos va tomando su trascendencia como eje central para la soberanía nacional, y se da paso al trabajo por cuenta propia como vía para satisfacer demandas que grandes centros estatales no habían logrado.

Aumenta la explotación de las tierras que otrora estaban vacías y prolifera una gastronomía en franca competencia, donde se imponen los mejores, los que tienen mayor oferta y calidad. La transportación de pasajeros en las zonas urbanas y rurales se refuerza con el alquiler de camiones, camionetas y autos particulares y poco a poco vamos perdiendo el miedo a quedarnos en un entronque o crucero por temor a no llegar jamás.

Andar por las carreteras cubanas es una bendición. Emerge un mercado de productos agrícolas, antes soterrado y fugaz, que se expone en elegantes caneyes y kioscos de múltiples estilos, donde los colores de las frutas, las verduras y las viandas forman un conjunto pintoresco. Y no hay presión sobre los productores, quienes llegan allí por libre concurrencia después de cumplir sus compromisos de entrega con la entidad contratista.

El papel del salario y el trabajo van ganando sobre el igualitarismo y el paternalismo entronizado en nuestra sociedad durante años. Y hasta algunos jóvenes se adaptan a la idea de ser trabajadores antes que estudiantes universitarios y van ocupando puestos en la producción y los servicios.

Es verdad que hoy es difícil la oferta laboral en las oficinas, en los centros de servicio, pero es fácil encontrar qué hacer en una cooperativa agrícola o cañera, en una cafetería, en una obra de la construcción, en un taller… Y no faltaba más, este Primero de Mayo la convocatoria es a la unidad, la eficiencia y la productividad, donde se esperan las mejores y primeras respuestas a las transformaciones económicas y sociales para seguir desarrollando nuestro socialismo.