18 julio, 2010

Mandela: una vida inmensa




Nelson Mandela: cada vez que escucho o escribo su nombre, mi recuerdo viaja hacia cinco prisiones de Estados Unidos: Gerardo, Ramón, Tony, Fernando y René. Sabemos que cuatro de ellos no estarán 27 años en prisión, esperando por la bondad de los hombres para ver su suelo, pero y Gerardo.
Ni la justicia ni la solidaridad han podido aun determinar el futuro de este hombre, que antepuso sueños y pasiones, como Mandela, para librar batallas por el bienestar del suyo y de otros pueblos.
Gerardo también estuvo en África. Allí por las tierras de Mandela para contribuir a la extinción del apartheid. Y hoy en el cumpleaños 92 del líder sudafricano imagino cuánto el Héroe cubano se acuerde de él.
Mandela fue el prisionero número 466/64 durante 27 años en precarias condiciones. El gobierno de Sudáfrica rechazó todas las peticiones de que fuera puesto en libertad, y se convirtió en un símbolo de la lucha contra el apartheid dentro y fuera del país, una figura legendaria que representaba la falta de libertad de todos los negros sudafricanos.
En la prisión realizó trabajos forzados en una cantera de cal. Las condiciones de reclusión eran muy rigurosas. Los prisioneros fueron segregados por raza y los negros recibían menos raciones. Los presos políticos eran separados de los delincuentes comunes y tenían menos privilegios. Mandela, como prisionero del grupo más bajo de la clasificación, sólo tenía permitido recibir una visita y una carta cada seis meses. Las cartas, si llegaban, eran a menudo retrasadas durante largos períodos y leídas por los censores de la prisión.
Durante su permanencia en las penitenciarías, estudió por correspondencia a través del programa externo de la Universidad de Londres, obteniendo el grado de Licenciado en Derecho.
Uno de los aspectos menos conocidos de su cautiverio, recogido en su extensa biografía, fue la falsa operación de fuga que el servicio secreto Sudafricano preparó en 1969. El verdadero objetivo era asesinarlo bajo la apariencia de una recaptura. Pero el Servicio de Inteligencia Británico tuvo conocimiento del complot y frustró toda la operación.
En marzo de 1982 Mandela fue transferido de la isla de Robben a la prisión de Pollsmoor, junto con otros altos dirigentes del Congreso Nacional Africano: Walter Sisulu, Andrew Mlangeni, Ahmed Kathrada y Raymond Mhlaba. Se ha especulado que se trataba de eliminar la influencia de estos líderes en la nueva generación de jóvenes activistas negros encarcelados en Robben Island.
En febrero de 1985 el Presidente Botha ofreció la liberación condicional de Mandela a cambio de renunciar a la lucha armada, pero rechazó la oferta, haciendo un comunicado a través de su hija Zindzi diciendo: “¿Qué libertad se me ofrece, mientras sigue prohibida la organización de la gente? Sólo los hombres libres pueden negociar. Un preso no puede entrar en los contratos”.
En 1988 Mandela fue trasladado a la prisión Víctor Verster, permaneciendo allí hasta su liberación. A lo largo de su encarcelamiento, las presiones locales e internacionales sobre el gobierno de Sudáfrica para dejarlo en libertad, eran notorias y en 1989, Sudáfrica llegó a una encrucijada cuando el Presidente Botha sufrió un derrame cerebral y fue sustituido por Frederik Willem de Klerk. De Klerk anunció la liberación de Mandela en febrero de 1990.
Nelson Mandela nació el 18 de julio de 1918 en Qunu, un poblado de 300 habitantes cerca de Umtata en el Transkei. Se casó tres veces y tuvo 6 hijos.
Tras su liberación el 11 de febrero de 1990, lideró a su partido en las negociaciones para conseguir una democracia multirracial en Sudáfrica, cosa que se consiguió en 1994 con las primeras elecciones democráticas por sufragio universal, cuando fue elegido presidente. Recibió más de 250 premios y reconocimientos internacionales durante cuatro décadas, incluido en 1993 el Premio Nobel de la Paz.
Por todo ello, cada 18 de julio el mundo celebra el Día de Nelson Mandela, y como parte de las celebraciones, las autoridades sudafricanas llamaron a la población a dedicar este día 67 minutos al trabajo voluntario en sus comunidades, en referencia a los años que Nelson Mandela luchó por consolidar la democracia y acabar con el apartheid.
En Cuba se realizan cientos de actividades, según la iniciativa. Yo me sumo de la manera que mejor se hacer: escribiendo sobre él y sobre muchos hombres que en el mundo luchan por la libertad de los seres humanos.

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