Podíamos esperar cualquier barrabasada del sistema judicial norteamericano, es decir, otra más, pero en la Corte Suprema se cifraba la esperanza de que al fin, aunque hubiesen pasado casi once años, en este marco legal se hiciera justicia.
Pasado unos momentos para la reflexión, encontré en www.antiterroristas.cu el pronunciamiento de Asamblea Nacional del Poder Popular, donde informa que el anuncio se hizo sin más explicaciones, y que los jueces hicieron lo que les pidió la administración de Obama.
Todo ello evidencian una vez más, que desde el principio este ha sido un proceso político, influenciado por los mafiosos de Miami, los contrarrevolucionarios cubanos y la corrupción dentro de un sistema, que ha cerrado los ojos a los argumentos expuestos por millones de personas en el mundo, parlamentarios, organizaciones de juristas, por instituciones civiles, de derechos humanos, por amigos de la Corte y por más de 10 Premios Nobel.
La Corte Suprema de Estados Unidos ignoró el reclamo de la humanidad y su derecho de hacer justicia, afirma el documento, firmado por Ricardo Alarcón de Quesada. Una vez más se manifiesta la arbitrariedad de un sistema corrupto e hipócrita y su cruel ensañamiento con nuestros Cinco hermanos, añade.
Mas, el aliento nos llega como siempre del corazón de alguno de los Cinco. Ellos que están sufriendo las arbitrariedades, los vejámenes, que continúan separados de sus familias, incluso dos de ellos sin poder ver a sus queridas esposas.
Gerardo Hernández Nordelo, al conocer la decisión de la Corte, declaró: “Basado en la experiencia que hemos tenido, no me sorprende la decisión de la Corte Suprema. No tengo ninguna confianza en el sistema de justicia de los Estados Unidos. Ya no queda ninguna duda de que nuestro caso ha sido desde el principio un caso político porque no solo teníamos todos los argumentos legales necesarios para que la Corte lo revise, sino que contamos con el creciente apoyo internacional reflejado en los Amicus presentados a la Corte en nuestro favor. Reitero lo que dije hace un año atrás, el 4 de junio de 2008, que mientras quede una persona luchando fuera, nosotros seguiremos resistiendo hasta que se haga justicia”.
Yo me sumo a quienes continúan la batalla, como puntualiza el texto del Parlamento cubano: “Nuestra lucha hasta lograr su liberación no disminuirá ni un instante. Ahora es el momento de reforzar nuestras acciones, sin dejar ni un solo espacio por cubrir ni una sola puerta por tocar. Estamos seguros que Gerardo, Antonio, Fernando, Ramón y René continuarán, como lo han hecho durante estos casi 11 años, encabezando esta batalla”.