20 marzo, 2008

“Lo menos que puedo hacer por Cuba es correr riesgos”


Atilio Borón, quien aparece en la “lista negra” de los Estados Unidos, imagina un mundo de paz sin imperialismo y sugiere seguir peleando por los Cinco en el sistema judicial norteamericano

Ana Margarita González

La carta enviada por René González Sehwerert a los participantes en el X Encuentro Internacional de Economistas, “me tocó lo más hondo del alma; quedé conmovido por la profundidad, emoción y claridad con que trata el tema de la globalización. Lo felicito por esa pieza, igual que a sus hermanos, porque mantienen un espíritu vibrante, lúcido, altivo”.
El sociólogo argentino Atilio Borón, a solicitud exclusiva de Trabajadores, explicó sus puntos de vista acerca de conceptos expresados por René en su misiva; el primero fue la posibilidad de “globalizar la solidaridad”.
“Algo de eso hemos visto últimamente: la campaña por la libertad de los Cinco, por lograr que sean considerados en un juicio justo –que los declararía absolutamente inocentes-, ha tenido una repercusión importante, sus rostros son casi un emblema mundial de lo que es la injusticia del imperio.
“Hay otras formas de solidaridad: lo que hace Cuba al enviar médicos a países que prácticamente no tienen medicina al alcance de sus pueblos y hacerlo gratuitamente, y lo que tenemos con la Escuela Latinoamericana de Medicina, donde estudian 40 mil jóvenes de todo el mundo. Son aspectos que muchas veces no tienen en cuenta los teóricos de la globalización”.
René insta a “cambiar hacia un mundo de paz”. ¿Cómo se lo imagina?
“Sin imperialismo. Donde los pueblos puedan manifestarse libremente, cumplir sus aspiraciones, sus sueños. Un mundo con justicia, sin guerra, de naciones que dispongan de todo lo necesario para vivir decentemente. Si no hay justicia, con guerras y conflictos, la violencia es inevitable. Lo imagino, pero mientras subsista el imperialismo es absolutamente inalcanzable”.
¿Tiene algún vaticinio sobre el bloqueo contra Cuba?
“A corto plazo no va a haber grandes cambios, tal vez si triunfara Barack Obama pudiera haber cierta relajación, él ha tenido una actitud un poco más ponderada en relación con Cuba; si ganaran Hillary Clinton o Mc Cain, no pienso que haya un cambio significativo.
“La propia presión que ejerce un grupo de empresarios de distintos sectores dentro de Estados Unidos, que están perdiendo oportunidades de negocios en Cuba, pudiera ir modificando lentamente el bloqueo. Para un cambio radical o la desaparición, honestamente no veo un horizonte.
“Cuba es demasiado importante para los gobiernos de EE.UU., que todavía no han digerido la abolición de la Enmienda Platt, ni la Revolución cubana del 59.
“Esta isla ha logrado, a pesar del bloqueo y a un costo enorme, seguir creciendo y mejorar los índices sociales. Evidentemente quedan algunos problemas por resolver, y se tornan más difíciles con el cerco económico. Me parece que para los cubanos es mejor pensar que sigue por un tiempo y no hacer planes suponiendo que va a ser levantado”.
¿Cuáles son esos puntos difíciles por los que a Cuba le sería más difícil progresar económicamente?
“Uno de ellos es poder poner fin al sistema bimonetario, que fue una necesidad impuesta por las circunstancias, pero que se ha convertido en sí mismo en gran problema. La necesidad que tiene Cuba de destinar muchos recursos a la defensa la obligan a descuidar otras esferas de la vida social como la vivienda. Ese es un punto no negociable.
“Con el cambio climático están llegando más ciclones a este país y destruyen muchas viviendas, pero no se puede bajar la tasa de mortalidad infantil como lo ha hecho Cuba, que está mejor que Japón, y al mismo tiempo tener la viviendas que tiene Japón.
“Las otras son pensar en un esquema económico más flexible que el que tienen ahora, en una diversidad de formas de asociación con empresas de capital mixto, desarrollar mini empresas o cooperativas para atender algunas necesidades que no tienen sentido que recaigan sobre el Estado, por ejemplo, las barberías, las reparaciones de los zapatos, la limpieza de cañerías, o la plomería. Deben ser debidamente controladas y pagar impuestos”.
¿Cada país que quiera mantener la soberanía y su independencia tendrá que pagar un precio tan alto como el de los Cinco por defender a Cuba?
“Sí, lamentablemente. El imperio en ese sentido es de una crueldad inaudita, recuerden lo que pasó con los patriotas puertorriqueños, cuántos años estuvieron presos, todavía algunos lo están. No creo que con los Cinco vaya a pasar lo mismo. Los puertorriqueños nunca lograron desarrollar una campaña de solidaridad mundial como la referida a los héroes cubanos.
¿Cuándo comenzó a relacionarse con los Cinco?
“A partir del 2001 ó 2002, antes tenía un conocimiento muy vago por la prensa internacional. Interioricé el caso a partir de las visitas a Cuba, he donado algunos de mis libros para recaudar fondos para su campaña, he firmado declaraciones, manifiestos”.
¿Ha visitado a alguno de ellos?
“No, pero ni siquiera algunas esposas han podido.
¿Conoce a sus familiares?
“Sí, y me dan la impresión de ser gentes muy digna, sobrellevan esa cruz con una serenidad, dignidad y heroísmo impresionantes: Siento una profunda pena, al tiempo que una rabia tremenda contra esta injusticia de los imperialistas.
“Conocí a Ivette, la hija de René, siendo muy pequeñita y ha padecido mucho por crecer alejada de su padre; son cinco jóvenes que sufren simplemente por haber hecho una obra de bien; a ellos la historia también los va a absolver, los va a rescatar”.
Entonces, ¿supone que el caso se resolverá con la solidaridad internacional?
“Va a ser fundamental para ellos, pero hay que pelear en el sistema judicial norteamericano; los Cinco tienen buenos abogados, y en EE.UU. si usted tiene un buen abogado puede llegar a resolver situaciones muy delicadas. El gobierno de EE. UU., de alguna manera, ha hecho de su detención un asunto de estado, y los mantienen ahí, los maltratan, los ponen en cárceles de máxima seguridad, separados uno de otros. El sistema judicial no está operando con la liberad que debería.
“El poder judicial norteamericano depende mucho del político, si no lo que sucedió con Posada Carriles no tendría explicación. Ningún juez, en ningún país del mundo, actuando con imparcialidad y autonomía hubiera dispuesto lo que dispuso en ese caso.
¿Cómo valora el hecho de que Adriana y Olga nunca hayan podido visitar a sus esposos en prisión?

“Es una crueldad, porque aún cuando ellos hubieran sido declarados culpables en un juicio justo, es una injusticia flagrante que le nieguen la visita a los familiares, es una venganza. Esto sólo usted lo entiende conociendo lo que ha significado la pérdida de Cuba para la dirigencia norteamericana; lo hacen para demostrar que siguen mandando y van a hacer lo que quieran, pero le produce un dolor injustificado a madres y esposas”.

Usted es un constante instigador de los movimientos sociales por el logro de un mundo mejor. ¿No teme alguna represalia?

“Debido a estas actividades de solidaridad y de algunas otras cosas, hace mucho tiempo que no voy a los Estados Unidos. Estoy en una listita que prepararon Bush y sus amigos, amparados por la Ley Patriota, donde aparezco como combatiente enemigo, terrorista o algo así, y si entro a ese país me pueden recluir indefinidamente, sin derecho siquiera a hacer una llamada telefónica a mi familia o para pedir un abogado, algo que no le niegan ni al peor asesino.
“Todo ello a pesar de que he vivido ocho años en EE.UU., manejo el idioma con fluidez, he dado clases a nivel doctoral allá, como decía Martí, viví en las entrañas del monstruo, lo conozco.
“A varios amigos y colegas con quienes he hecho actividades aquí en Cuba, de México, África y Nigeria, los detuvieron en distintos aeropuertos americanos, los interrogaron, perdieron sus vuelos de conexión; una de las preguntas era qué relación tenían conmigo, por qué los había invitado a venir, por qué pagaba sus pasajes.
“Yo era secretario ejecutivo del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) y lo hacía por solidaridad con estos movimientos en defensa de los Cinco y los movimientos sociales de América Latina, pero además porque era mi obligación hacerlo. “Arreciaron las investigaciones después que hicimos la asamblea de CLACSO aquí en el año 2003, que contó con la presencia permanente de Fidel Castro. No me perdonaron.
“La única precaución es no ir a los Estados Unidos. Tengo el teléfono intervenido, han mandado a robarme la computadora…, siento que me controlan, procuro hacer las cosas que quiero con discreción y no utilizo medios electrónicos que permitan detectar lo que hago o el contenido de mis cosas”.
¿Temerario?

“Ante las tantísimas cosas que han hecho ustedes lo menos que puede hacer uno es correr algunos de esos riesgos”.
Me dijo lo que representa Cuba para Estados Unidos, para usted ¿qué significa?
“Para nosotros –lo digo así porque es para toda la gente que como yo en América Latina está luchando por un mundo mejor-, Cuba es un punto de referencia, una fuente de inspiración. ¿Cómo este pueblo ha logrado luchar y prevalecer, sobrevivir a medio siglo de bloqueo, a tantas privaciones, a tantas dificultades?
“Cuba nos da ánimo, nos demuestra que luchando y con coherencia en los principios, en la ética, en la política, es posible conseguir grandes cosas.
“Si algo se ha logrado avanzar es porque Cuba resistió y demostró que otro mundo es posible de verdad. Cuba representa una esperanza, sigue movilizando a los pueblos, y provoca esta turbulencia social y política en América Latina, que madura en Venezuela, en Bolivia, en Ecuador, un poco menos en Brasil, en Argentina, en Uruguay, pero que de todas manera nos va demostrando cómo esas semillas que plantaron desde aquí están germinando en toda la región”.

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