Karina Durant
La primera vacuna terapéutica contra cáncer de pulmón avanzado registrada en el mundo es cubana. CIMAVax-EGF es su nombre, y más de mil pacientes en el país han recibido este tratamiento, que no provoca efectos adversos severos y ha demostrado ser seguro.
A diferencia de las quimioterapias y las radioterapias — usualmente empleadas en la atención del cáncer—, que desencadenan una elevada toxicidad, pues son inespecíficas y atacan tanto a las células malignas como a las normales, la CIMAVax-EGF va dirigida hacia el sistema relacionado con el tumor, precisa la doctora Gisela González, jefa del proyecto de esta vacuna en el Centro de Inmunología Molecular (CIM).
“Han sido más de quince años de investigación”, comenta la especialista. Detrás de cada resultado científico hay procesos complejos, recursos humanos y materiales, horas de trabajo, proyectos de colaboración, esperanzas y tropiezos.
Muchos candidatos vacunales contra el cáncer quedan en la tercera fase de ensayos clínicos, pues finalmente no muestran su eficacia, señala la doctora Marta Ayala, jefa del Departamento de Farmacéuticos del área de Investigaciones Biomédicas del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB).
Al respecto Ayala destaca que los productos terapéuticos antitumorales para poder ser registrados deben aumentar la sobrevida del paciente, con calidad.
Precisamente la CIMAVax-EGF ofrece la posibilidad de convertir el cáncer avanzado en una enfermedad crónica controlable. “Ese es un concepto que manejamos actualmente —expresa Gisela González—. Una vez que el paciente concluye el tratamiento con radioterapias o quimioterapias y es considerado un paciente terminal sin alternativa terapéutica, en ese momento se aplica la vacuna, que ayuda a controlar el crecimiento del tumor sin toxicidad asociada, y puede ser utilizada como un tratamiento crónico que aumenta las expectativas y la calidad de vida del paciente”.
Lo que ocupa a la ciencia
El CIM es una institución biotecnológica cubana en la que se investigan nuevos productos para el diagnóstico y tratamiento del cáncer y enfermedades relacionadas con el sistema inmune.
Los proyectos desarrollados en la sede fundamentalmente están relacionados con vacunas moleculares, ingeniería celular y de anticuerpos, y bioinformática. El centro posee laboratorios equipados con tecnología avanzada y una planta piloto que suministra productos para ensayos clínicos.
Entre sus variantes comerciales relevantes están la mencionada vacuna CIMAVax-EGF, el LeukoCIM y el EPOCIM, utilizados en el tratamiento de la neutropenia y la anemia, respectivamente, en pacientes oncológicos sometidos a quimioterapia; el Nimotuzumab, anticuerpo monoclonal humanizado empleado contra tumores de cabeza y cuello en fases avanzadas, y los citostáticos.
Los estudios encausados en el CIM tienen el objetivo primordial de generar inmunoterapias innovadoras para la atención del cáncer, una de las principales causas de muerte en el mundo, y evidente reto para la investigación médica actual.