26 enero, 2006

Llegar al crimen por distintos senderos


Valoración sobre dos de los más connotados terroristas anticubanos
Foto: EDDY MARTIN


“Yo nunca fui agente”. Fabián Escalante, de quien algunos dicen que donde él está hay una gran operación de inteligencia en curso, confiesa que no hubiera servido para ser agente; “no puedo representar lo que no siento, sé explicar cómo hacerlo, pero no sé hacerlo, lamentable o afortunadamente”.

El argumento surge de la precisión periodística para establecer la diferencia entre espía y agente, y aprovecha la experiencia de quien fue durante varios años jefe de la Dirección General de la Contrainteligencia o del Departamento de la Seguridad del Estado, como gusta llamarle.

“Un espía generalmente es un mercenario, trabaja siempre por dinero, es un soldado de fortuna. El agente de inteligencia lucha por convicciones, esa es la diferencia.

“Espionaje es, técnicamente, tratar de averiguar los secretos de otra nación”, afirma, y recurre al caso de los Cinco: “Si estás en otro país para defenderte de la gente que quiere actuar contra el tuyo, eso es, en todo caso, legítima defensa, y está tutelada en todos los códigos penales del mundo.

“Para hacer una acusación de espionaje hay que tener poder. Tres de nuestros compañeros presos en Estados Unidos están acusados por ese delito y nunca lo cometieron. El requisito para llevar a un acusado de espía ante una corte de un país extranjero, es que haya pruebas convincentes de que ha intentado violar los secretos políticos, económicos, militares, científicos de ese país.

“Además hay que probar que existe una intención de robar, de obtener un secreto de manera dolosa para perjudicar a la defensa de ese país, entonces, si se prueba, tienes a un clásico espía.
“El agente infiltrado en el enemigo lleva una doble vida, representa exactamente lo que no es. Siempre he dicho que un agente es un artista frustrado. Es un ser humano, que vive, padece, sufre, tiene sentimientos, y los reprime para privilegiar la misión encomendada como lo hicieron Gerardo, René, Antonio, Ramón y Fernando.

Pero el general ( r ) Fabián Escalante reconoce que en Estados Unidos puede suceder cualquier cosa y citó la reciente aparición de Osama bin Laden en la televisión norteamericana. “Se parece a la novela El derecho de nacer, donde don Rafael del Junco hablaba cuando su autor, Félix B. Caignet, lo decidía, y aquí Bin Laden habla cada vez que Bush tiene problemas internos. Allí cualquier monstruosidad jurídica, moral o ética está respaldada por la sacrosanta democracia que Bush representa.”

FUNDAMENTO TEÓRICO Y JURÍDICO DEL TERRORISMO ANTICUBANO

Con la aparición del concepto denominado Operaciones Autónomas, en el año 1963 fue creada en Estados Unidos el fundamento teórico y jurídico para organizar grupos terroristas. Según el documento desclasificado Reglas básicas para las operaciones autónomas, estas serán ejecutadas exclusivamente por nacionales cubanos, motivados por la convicción de que para desalojar al régimen deberán actuar los cubanos de adentro y de afuera, actuando en consonancia. El esfuerzo probablemente costará muchas vidas cubanas, este costo se vuelve inaceptable para la conciencia de Estados Unidos. El gobierno de Estados Unidos debe estar preparado para negar públicamente cualquier posición en estos actos. Todas las operaciones autónomas serán montadas fuera del territorio de Estados Unidos.

Después de estar en relación con un grupo, el representante de los EE.UU. debe dejar claro que el gobierno no tiene intención de intervenir militarmente, excepto para enfrentarse a los soviéticos.

Un experimentado oficial de la CIA será asignado para trabajar con el grupo. Él dará la información general y el apoyo material necesario. Él deberá influir, pero no controlar el curso de las operaciones.

La excelente memoria de Fabián Escalante trae al presente la historia de la asunción al poder político, en 1963, de los sectores dirigentes de la emigración contrarrevolucionaria cubana en la Florida, que en los dos años precedentes hicieron de la guerra contra Cuba un productivo negocio. Ese fue un año crucial.

¿Y se recrudecen las actividades terroristas contra Cuba?

“El terrorismo comenzó en el 59; en el 63 se gradúa de universitario, nace la mafia cubanoamericana; se creen tan importantes que consideran a Kennedy un valladar para su política de agresión contra Cuba y participan en su asesinato, después habría otros elementos muy importantes.

“¿Quieres ver algo más terrorista que planificar el asesinato de dirigentes políticos? En mi investigación sobre planes de atentados para eliminar a Fidel, hasta el año 2000 aparecen 634 complots y conspiraciones para asesinarlo; de ellos 168 fueron abortados en su etapa de ejecución y contaban con todos los recursos para llevarlos a vías de hecho.

“El terrorismo tuvo otro momento muy violento en 1976, con el crimen de Barbados. Luego sobrevino aquella ola de asesinatos de diplomáticos y funcionarios cubanos en el exterior, bombas en las embajadas de Portugal, Canadá, México y en nuestra sede en Nueva York, hasta llegar a los atentados contra centros turísticos en los años 90, planeados por Posada Carriles y la Fundación Nacional Cubano Americana.”

¿Son iguales Luis Posada Carriles y Orlando Bosch?

“Son personajes de naturalezas diferentes. Bosch es terrorista, loco, maniático, un fundamentalista. Posada es un mercenario del terrorismo, lo hace todo por dinero. Son asesinos, pero llegaron al crimen por distintos senderos.

“Bosch siempre quiso dar la imagen de dirigente político. Nunca ha dejado de tener una organización pantalla, y ha pretendido comportarse como una figura independiente.

“Posada no. Él cumple instrucciones, es un asesino profesional que se contrata por medio de un anuncio clasificado en un periódico. Ese es mi juicio. No sé cuál de los dos es más deleznable.”

¿Quién es Fabián Escalante?

“Soy un hombre de mi época, acabo de cumplir 65 años, procedo de una familia revolucionaria. Me incorporé a la lucha desde la Juventud Socialista en 1954, y estuve varias veces preso. El 11 de enero de 1960 ingresé en la Seguridad.

“Mi primer grado fue sargento de segunda, y fui transitando por distintos trabajos en diferentes unidades hasta que en el 76 me hacen jefe del Departamento de la Seguridad del Estado; me jubilé en el 96. Estuve 36 años en el servicio activo.

¿En qué momento se ha sentido más útil?

“Ahora. Recientemente la CIA a través de un testaferro de origen alemán lanzó un documental de 90 minutos y a un costo de casi un millón de dólares, llamado “Cita con la muerte”, en el que me calumnia, sin prueba alguna, de haber supervisado en Dallas, el asesinato de Kennedy.

“Es una teoría nueva. No caben dudas de que los seis libros que tengo publicados hacen daño, particularmente el dedicado al asesinato de Kennedy, donde demuestro que el magnicidio fue el resultado de un complot que pretendía inculpar a Cuba, asesinar a Fidel e invadir militarmente a nuestro país. No puede ser otra causa, después del 96 no he hecho nada que pueda afectar los intereses de EE.UU. ni a la CIA.

“Sin embargo en todos estos años, han mantenido un seguimiento sobre mi persona, lo que he escrito los ha afectado, cosa que me satisface extraordinariamente.”

¿Cuál es su mayor error?

Los errores no tienen dimensión, son errores y he cometido muchos; unos los he conocido y otros no. Lo que más me critico es no haberle dedicado más tiempo a mis hijos.

¿Considera algún éxito superior al de causarle daño a la CIA?

No, ese es el mayor de todos.

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