Otra vez la justicia norteamericana ha desechado la oportunidad de hacer justicia. Esto que pudiera parecer un juego de palabras es un juego contra la integridad y la libertad de cinco cubanos que por diez años han permanecido encerrados físicamente en cárceles de estados Unidos, privados de sus más elementales derechos.
Otra vez se ha negado la justicia a los Cinco. El nuevo fallo del Onceno Tribunal de Apelaciones de Atlanta ha emitido otro extenso documento (99 páginas) para “demostrar que todos los argumentos presentados contra la declaración de culpabilidad de los cinco cubanos juzgados y condenados en Miami en 2001 ´carecían de mérito´”.
Es curioso, según el texto “ratificamos las convicciones de los acusados”, “anulamos las condenas de Campa (Fernando), Medina (Ramón) y Antonio”, es decir las sentencias intermedias y confirmaron las de René y Gerardo.
No han hecho otra cosa que emborronar cuartillas a nombre de la justicia. ¿Por qué quedaron intactas la máxima y la mínima condenas? Parece un juego, es como si hubiesen tirado al azar los nombres de nuestros hermanos, cuando en realidad continuaron sus maniobras para prolongar el injusto encierro de Gerardo, Ramón, Tony, Fernando y René.
Mientras esto sucedía, el panel de tres jueces de la Corte de Apelación de Nueva Orleáns, se prestó al juego de su gobierno para continuar dilatando la justicia en el caso del confeso terrorista Luis Posada Carriles: a partir de ahora los magistrados no tienen plazo para decidir sobre el caso de un hombre que ha matado a mucho más personas que sus años de vida; solamente en el atentado a la nave cubana en las costas de Barbados perdieron la vida 73 inocentes. ¡Y hasta el momento no se ha hecho justicia! “El Bambi” sigue libre, y los Cinco encerrados.
¿Cuál será la suerte, en tanto, de Tony, Ramón y Fernando en su regreso al tribunal de Miami? El circo se arma nuevamente; al frente seguirá mandando la “trituradora” Joan Lenard, la misma que en el 2001, “echó a la suerte” la vida de los Cinco en el inolvidable y amañado proceso ventilado en la mansión de los terroristas anticubanos, de los mafiosos que financian la injusticia.
Los abogados de los Cinco han acudido en varias ocasiones a la Corte de Apelaciones de Atlanta para solicitar un nuevo “y justo proceso” a contrapelo del amañado juicio del 2001. Los argumentos han sido los mismos: la supresión de pruebas, la inmunidad de la soberanía, la conducta impropia de algunos testigos, las instrucciones al jurado de su juicio, la suficiencia de pruebas que apoyaran sus condenas y otros temas vinculados con las sentencias.
El caso tomó matices políticos desde el inicio y mientras Cuba sea una nación libre, independiente y soberana, Gerardo, Ramón, Antonio, Fernando y René, pagarán por ello; recuerdo que el catedrático italiano radicado en EE. UU., Piero Gleijeses, me lo dijo con mucho énfasis: “hasta por África, se les castiga”
A pesar de todo su juego, el gobierno norteamericano y sus marionetas de la justicia parecen ignorar el valor de los cubanos y de la solidaridad. Más temprano que tarde, la justicia se abrirá y como reza un pasaje bíblico: la verdad los hará libres.
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