A las ocho en punto de la mañana, la Plaza de la Revolución José Martí, de La Habana, semejaba un mar de pueblo, unido por los principios, los valores y la decisión de defender las conquistas de la Revolución.
Raúl Castro Ruz, el presidente cubano; Miguel d`Escoto, secretario general de la Asamblea de Naciones Unidas, y otros dirigentes del Partido y los movimientos sindicales, hicieron su aparición en el momento mismo en que estaba previsto iniciar la celebración del Día Internacional de los Trabajadores.
Salvador Valdés Mesa, secretario general de la Central de Trabajadores de Cuba, al dirigirse al pueblo de Cuba, recordó el marco histórico en que se celebra este Primero de Mayo, inmersos en la celebración del aniversario 50 de la Revolución y el 70 de la CTC. Un momento para celebrar las conquistas, dijo, bajo el esfuerzo y sacrificio de varias generaciones de cubanas, protagonistas ejemplares de la obra revolucionaria.
Resaltó que tenemos la unidad como piedra angular de la resistencia y victorias de nuestro pueblo. Señaló que llegamos a esta fecha en el fragor por eliminar los cuantiosos daños sufridos el año anterior por el embate de tres huracanes, convertidos en los más destructores de la historia.
Todo ello fue calificado por el dirigente sindical como “de extraordinario esfuerzo de los trabajadores y el pueblo, que han evidenciado una vez más la solidaridad, la capacidad de sacrificio y la voluntad de seguir adelante. La recuperación de los daños a la economía, la infraestructura y las viviendas avanzan de manera gradual, y precisó que será necesario dedicar en el futuro grandes esfuerzos y recursos para restañar las heridas causadas al país.
Señaló que ello se agudiza ya que la sociedad se encuentra inmersa en una crisis global que torna compleja la situación política, económica y social a escala internacional, que impacta sobre el pueblo y pone a los trabajadores en un panorama desolador al que ningún país escapa.
Señaló que ello se agudiza ya que la sociedad se encuentra inmersa en una crisis global que torna compleja la situación política, económica y social a escala internacional, que impacta sobre el pueblo y pone a los trabajadores en un panorama desolador al que ningún país escapa.
En el caso de Cuba, especificó, se suman los efectos del férreo bloqueo económico de los Estados Unidos, impuesto hace casi medio siglo, “con la obsesiva y fracasada pretensión de destruir la Revolución”. Enfatizó que la unidad y la resistencia frente a cualquier obstáculo en que nos ha formado Fidel, son los pilares sobre los que se erige triunfante la Revolución cubana y se convierte en las principales banderas de combate para todos los tiempos.
Dijo que continuaremos apoyando resueltamente las medidas del gobierno para atenuar los efectos de la crisis sobre la población. “A los trabajadores nos corresponde estar en la primera línea de esta batalla con la consagración al trabajo, que es la fuente principal de creación de las riquezas, en la elevación de la producción y la productividad, por la reducción de las gastos y los costos, por crecer en las exportación y en los renglones que sustituyen importaciones.
Precisó que para el logro de estos objetivos se impone trabajar con más disciplina y calidad; y desarrollar una cultura del ahorro como la más importante fuente de recursos a nuestro alcance.
“Crece el prestigio de Cuba”, y argumentó que “en América Latina son más los gobiernos populares que se fortalecen en pujantes movimientos sociales, con los que se profundizan nuestras relaciones Nos regocijan ver las muestras de apoyo expresadas por numerosos mandatarios del continentes en la recientes cumbres del ALBA y de las Américas. Satisface constatar cómo se unen voluntades y avanza un verdadero programa de integración regional”.
A final de su discurso, Valdés Mesa, enumeró a dirigentes sindicales, líderes de movimientos sociales y otras personalidad de diversas partes del mundo, que quisieron celebrar en Cuba el Primero de Mayo, a quienes agradeció el gesto de apoyo solidario que durante décadas han hecho a nuestro pueblo. Extendió este sentimiento al Movimiento Sindical Mundial, a las organizaciones obreras y de solidaridad y a todos lo que en el mundo realizan acciones y apoyan la liberación de los Cinco Héroes cubanos que guardan injusta prisión en cárceles norteamericanas, y ratificó la decisión irrenunciable de los cubanos a construir el socialismo bajo la dirección del Partido, de Fidel y de Raúl.
“A Cuba no la tendrán jamás”, definió.