22 julio, 2009

Vivir a plenitud



Foto: René Pérez Massola

Entra y sale de casi todos los eventos científicos y de la agricultura cual colibrí que liba, no el néctar sino la esencia de las cosas; aunque no es la historia en sí, desde sus vivencias podrían escribirse los avatares de la ciencia cubana. Es, sencillamente, Lidia Tablada.
Habla como si desconociera sus aportes a este inmenso mundo de la ciencia, enrevesado para quien desde niña soñó ser historiadora, se graduó como médico, se especializó en microbiología hasta su doctorado, y desde hace 24 años dirige el Centro Nacional de Sanidad Agropecuaria (CENSA).
“Tuve una infancia poco florida, pero feliz. Hasta 1961 viví en 10 ó 12 casas de La Habana Vieja; cuando la familia no podía pagar el alquiler nos mudábamos por la noche. Con mi abuela pasé la mayor parte de la infancia y nos asentamos en una casa de cuartos individuales, en Compostela 810. Era la única hembra y me dejaba jugar porque estaban mis primos: era la que mejor tiraba el trompo, empinábamos papalote, hacíamos pelotas con cajetillas de cigarros, escenificábamos episodios…
“De mi familia recibí los valores más importantes: la honestidad, la lealtad, la amistad, la responsabilidad para trazarse una meta y hacer todo para lograrlo, la necesidad de superarme. De la escuela primaria Loló de la Torriente guardo el mejor de los recuerdos; aprendí la disciplina, el trabajo, el esfuerzo, la voluntad…
Fuimos creciendo
“He tenido el privilegio de formar parte de colectivos extraordinarios.
Llegué al Instituto de La Habana por un premio, pues había que pagar la matrícula y no teníamos dinero; ingresé en la Asociación de Jóvenes Rebeldes, y esa etapa épica al fragor de la Revolución me permitió cortar el nexo de la crianza tan cerca de la casa.
“Recuerdo las discusiones en el Parque Central con los contrarrevolucionarios, la confrontación entre los desposeídos y los
que tenían y veían venir el cambio social; la venta de periódicos, las reuniones de madrugadas, las conferencias de Carlos Rafael en el Instituto, todas las semanas iban dirigentes de la Revolución a dar conferencias, y muchas veces terminaban en `piñaceras`.
“Durante la Crisis de Octubre nos dieron armas por primera vez, me vestí de verde olivo y estuvimos semana y media movilizados en el Instituto. Después surgió la situación del éxodo de los médicos y a mí, que me gustaba la historia, hice el bachillerato en ciencias para estudiar medicina. Si la Revolución nos daba oportunidades lo menos que podíamos hacer era responder”.
Lidia Margarita Tablada Romero estudió medicina en Victoria de Girón; en 1967 hizo su primer servicio social en la actual provincia Granma después de haber parido a su primogénita. “Al final de quinto año, cuando optaba por la especialidad de ginecología y obstetricia, nos explicaron que Fidel había valorado la posibilidad de crear una institución científica que se dedicara a las investigaciones en la salud animal y que nosotros éramos los candidatos.
“Eso fue como una bomba atómica, no hubo una respuesta masiva. Ver nacer a un niño me emociona casi hasta el llanto, pero… Cerca de 80 compañeros fuimos para el CENIC a recibir las asignaturas de ciencias, que eran muy complejas; junto con el estudio nos dieron a resolver tareas que se presentaban.
“En 1975 nos mudamos para las primeras instalaciones que se habían terminado en el CENSA; veníamos en camiones, la comida era terrible, trabajábamos por el día en los laboratorios y después de las cinco ayudábamos en la construcción. Hemos sido muy unidos y todos fuimos en algún momento dirigentes de todo. Metiendo la pata y haciendo alguna cosita bien, fuimos creciendo”.
Un centro infinito
“Rosa Elena Simeón fue nuestra primera directora. Cuando Fidel dejó inaugurado el CENSA, el primero de septiembre de 1980, dijo que este centro había pagado la inversión –14 millones de dólares- con sus resultados a partir del diagnóstico del brote de fiebre porcina. Eso es un orgullo.
“La primera misión que nos dio Fidel, en enero de 1969, fue prepararnos para realizar el diagnóstico de cualquier enfermedad exótica que entrara al país, y poner las ciencias en función de las demandas nacionales.
“El dictamen del primer brote de fiebre porcina africana (La Habana 1971) demoró entre 20 y 25 días; el segundo (Baracoa, enero de 1980) se hizo en cuatro días incorporando las tecnologías de avanzadas. Luego hemos definido otros en un día y en estos momentos los podemos hacer en horas, gracias a los conocimientos, los equipos y las técnicas con que contamos”.
Lidia fue subdirectora de microbiología del CENSA varios años. “Unos meses después de que Rosa Elena fuera nombrada presidenta de la Academia de Ciencias, me llamó a su oficina y me preguntó quién yo creía que debía ser la directora del CENSA. Me quedé sin palabras, hasta que dije: ¿quién mejor que tú? Le sugerí los nombres de otras dos subdirectoras y ella quiso saber mi opinión sobre una tercera. Meditó y afirmó: `sí, pero ninguna es microbióloga`. Le pedí que tuviera ese detalle también con las otras compañeras; para mí fue un reconocimiento.
“Nunca más me comentó nada, y un día llamaron del departamento de cuadros de la Universidad Agraria para pedirme unas fotos; las estaban solicitando del Ministerio de Educación Superior. Así supe que asumiría la dirección de este centro, que como predijo Rosa va a ser infinito.
“En quienes primero pensé fueron en mi madre y en Engracia Ortiz, la directora de mi escuela primaria. No me preocupé tanto por el CENSA sino en sustituir a Rosa; a quien admiraba por su capacidad para darle respuesta a tantos problemas a la vez. Dudaba de poder hacerlo bien, hasta que me dije: si alguien lo pensó, tengo que hacer lo posible por ser capaz.
“A la luz de tantos años reconozco que me he equivocado en algunas decisiones administrativas. El dirigente tiene que ser un poquito más cruel de lo que soy yo”.
“Hoy estamos haciendo un análisis para concentrar aún más los recursos humanos y materiales, nos ha ido saliendo bien la cultura y el estilo de dirección de planeación estratégica y dirección por objetivo, pero todavía tenemos que ser más precisos para poner los recursos donde logren mayor impacto.
“Este centro es muy diversificado, tenemos resultados en todas las esferas y la altísima responsabilidad de ser integrales; el investigador sabe que tiene que conocer lo más avanzado de la tecnología mundial, pero también ordeñar una vaca, ir a un campo de cultivo, equilibrar la proporción entre innovación tecnológica y aplicación y generalización de resultados; la incorporación de nuevas tecnologías y la gestión del conocimiento.
“No tenemos el mismo capital financiero de los países desarrollados, pero el conocimiento y la capacidad las han creado la Revolución. Durante mi formación visité Francia; por aquellos años hubo un brote de brucelosis bovina y estuve en una estación de patología de la reproducción para incorporar tecnologías y producción de vacunas; la segunda vez fui a Alemania para una confrontación de mi tesis de doctorado. He salido a otras misiones. “Tengo un colectivo que le da el frente a las tareas, y eso me permite asistir a la mayoría de las actividades y eventos que me invitan, no a todos los que quisiera, pues no me alcanzarían las 24 horas del día”.
No recuerdo un día que haya dejado de trabajar
“De mi mamá heredé ser muy presumida; soy obsesiva con la limpieza, he pasado mucho trabajo para cuidar a mis tres hijos y sin el respaldo de mi madre, mi suegra y mi esposo me hubiera costado mucho más; quizás algunas cosas no las hubiera podido hacer. Hice el doctorado siendo subdirectora de microbiología, y todos mis experimentos fueron de madrugada.
“Soy muy apasionada, me acaloro cuando discuto. Delego las tareas; tengo dos personas preparadas para sustituirme desde hace años y otras cuatro jóvenes se están formando. Me desvelo cuando se me queda algo por hacer durante el día, y me levanto a las cinco de la mañana para dejar hecha o preparada la comida.
“He tenido el privilegio de estar varias veces junto Fidel. Es muy curioso, sabe y lee mucho y le gusta convencerse de las cosas, que se hagan por convencimiento y no por vencimiento.
“No recuerdo algún día que haya dejado de trabajar. Me inculcaron aquello de `no le hagas a los demás lo que no te gusta que te hagan; me gusta reconocer lo que sale bien, hay que ocuparse de las personas. Les tengo un respeto extraordinario a mis trabajadores.
“Mis hijos quieren que me jubile, me encanta mi casa, regar las plantas, limpiarlas; a veces pienso que puedo ser profesora de la sedes universitarias municipales, tengo 44 años de trabajo, y más de la edad para jubilarme, pero hacerlo sería una traición”
¿Una vida para dar?
“Dando me he sentido contenta, siento que he hecho algo útil”.

06 julio, 2009

Entrega de tierras: realidades y manipulaciones

La entrega de tierras ociosas en usufructo parece convertirse en tema para otra campaña mediática contra la realidad cubana. Algunas agencias han recurrido a personajes que piden el anonimato o a descontextualizar opiniones, citadas en reportajes de la prensa nacional, para desvirtuar la marcha de este proceso.

El 27 de junio, un cable de ANSA fechado en La Habana, afirma que el asunto “se encalló en la burocracia y no logró, tras nueve meses, su objetivo de elevar la producción de alimentos y reducir su importación”. “La entrega de tierras cayó en manos de la burocracia: las solicitudes tienen que transitar por 9 pasos y si son denegadas hasta por 13 pasos”.

Cuba: pese a la entrega de tierras, la agricultura aún no funciona, aseguró un titular de Infolatam/Efe, el 22 de marzo último, y agrega que “…el diario Juventud Rebelde detalla que quienes recibieron tierras en usufructo tienen grandes dificultades para ponerlas a producir, conseguir herramientas de labranza y semillas o para comercializar las cosechas."El proceso reclama mejor estructuración. Los usufructuarios empiezan a formar parte del gran sistema de la agricultura cubana, una cadena con muchos de sus eslabones oxidados que no siempre se articulan bien, afirma el periódico”. Añade que "un gran por ciento de las tierras entregadas (...) han llegado al mes de marzo sin estar listas para el cultivo".

Efe, intencionalmente, seleccionó dos opiniones dentro de lo que calificó como “un extenso reportaje”, y corresponden a personas que ya recibieron la tierra; el primero dice que “uno de sus mayores problemas es que no sabe `cómo calcular` lo que va a cosechar”. La segunda explicó que “no es posible producir aún alimentos en los campos que recibió porque estaban infestados de marabú”.

Sospechosamente, ninguna de las citadas notas recurre a fuentes oficiales, ni a quienes solicitan tierras, las han recibido o les han denegado su entrega. La verdad sobre la marcha de este proceso se conoce diariamente en el Ministerio de la Agricultura.

Desde el 17 de septiembre pasado hasta el 3 de julio se han presentado a las Oficinas Municipales de Control de la Tierra 110 mil 463 personas para tramitar su solicitud; 31 mil pidieron áreas que no estaban contempladas en el decreto ley. Se abrieron 93 mil 529 expedientes, que están en distintas fases del proceso; hay aprobados 78 mil 113 y se denegaron dos mil 383, que provocaron 645 reclamaciones, la mayoría resueltas. De los aceptados 65 mil 324 ya están asociado a cooperativas de créditos y servicios.

Producen y tienen sus contratos con el estado 55 mil 995 de los aprobados. Un estudio de las tierras estatales ociosas arrojó un millón 691 mil hectáreas, de las cuales se han entregado 689 mil 697, el 41%. El 25,4% están en explotación o sembradas. La eficiencia del proceso es de 84,83%.

Sería iluso pensar, hasta para los neófitos, que algún proceso agropecuario que comienza con la solicitud de la tierra podría dar resultados productivos significativos en sólo nueve meses.

Además de los trámites para obtener la fuente de riquezas que es el suelo, se necesita prepararla, sembrarla y cultivarla para luego cosecharla o en otros casos tener animales que aporten leche y carne. Es un proceso biológico que requiere tiempo.

Es lógico que haya mujeres y hombres que necesiten capacitarse para explotar al máximo ese recurso; la agricultura tiene un sistema para lograrlo, sin excluir a nadie. Es cierto que algunas tierras necesitarán hasta dos años para ponerse en explotación de acuerdo con el grado de infestación de marabú que tengan, para eso se hacen los contratos entre el productor y el delegado municipal de la Agricultura.

¿Burocracia? Sí, es un proceso que lleva trámites e involucra a varios organismos. Unos para evitar que esas tierras vuelvan a ser declaradas ociosas, que sean utilizadas para fines ajenos a la producción de alimentos, o para realizar otras ofertas en caso de que las solicitudes no sean correspondidas. Conlleva también definir los intereses de las partes involucradas, y medir algunos terrenos hasta en el empinado lomerío.

La entrega de tierras requirió la creación de las delegaciones municipales de la agricultura. Como en toda actividad humana, en unos territorios el proceso avanza más rápido –Ciego de Ávila, Pinar del Río, Camagüey y Cienfuegos, en otros más dilatado –La Habana, Las Tunas, Holguín y Guantánamo.

La burocracia no lo ha encallado. Y a quienes piensen que ha sido excesiva o tengan dudas aún, los invito a visitar las montañas de Cumanayagua, en Cienfuegos, para que vean cómo van tumbando marabú y sembrando las áreas desbrozadas; o a Caimanera, donde descubrieron un viejo canal de riego tapado por el marabú y ya crecen en sus alrededores arroz y otros vegetales.

Podrían conversar con los hombres que se han incorporado a la producción de leche en Consolación del Sur, en Pinar del Río; ver cómo se transforman los alrededores de la ciudad de Camagüey con el crecimiento de maíz, hortalizas, frutales y la incipiente ganadería. Para dar crédito a este proceso hay que convivir con él.

15 junio, 2009

Corte Suprema de EE.UU. ignora reclamo universal a favor de los Cinco

La noticia fue escueta, pero dolió como un mazazo en el centro del cráneo: La Corte Suprema de los EEUU rehusó escuchar la apelación de los Cinco Héroes Cubanos. Les enviaremos más información en cuanto llegue. Firmaba el Comité Nacional por la Libertad de los Cinco.

Podíamos esperar cualquier barrabasada del sistema judicial norteamericano, es decir, otra más, pero en la Corte Suprema se cifraba la esperanza de que al fin, aunque hubiesen pasado casi once años, en este marco legal se hiciera justicia.

Pasado unos momentos para la reflexión, encontré en www.antiterroristas.cu el pronunciamiento de Asamblea Nacional del Poder Popular, donde informa que el anuncio se hizo sin más explicaciones, y que los jueces hicieron lo que les pidió la administración de Obama.

Todo ello evidencian una vez más, que desde el principio este ha sido un proceso político, influenciado por los mafiosos de Miami, los contrarrevolucionarios cubanos y la corrupción dentro de un sistema, que ha cerrado los ojos a los argumentos expuestos por millones de personas en el mundo, parlamentarios, organizaciones de juristas, por instituciones civiles, de derechos humanos, por amigos de la Corte y por más de 10 Premios Nobel.

La Corte Suprema de Estados Unidos ignoró el reclamo de la humanidad y su derecho de hacer justicia, afirma el documento, firmado por Ricardo Alarcón de Quesada. Una vez más se manifiesta la arbitrariedad de un sistema corrupto e hipócrita y su cruel ensañamiento con nuestros Cinco hermanos, añade.

Mas, el aliento nos llega como siempre del corazón de alguno de los Cinco. Ellos que están sufriendo las arbitrariedades, los vejámenes, que continúan separados de sus familias, incluso dos de ellos sin poder ver a sus queridas esposas.

Gerardo Hernández Nordelo, al conocer la decisión de la Corte, declaró: “Basado en la experiencia que hemos tenido, no me sorprende la decisión de la Corte Suprema. No tengo ninguna confianza en el sistema de justicia de los Estados Unidos. Ya no queda ninguna duda de que nuestro caso ha sido desde el principio un caso político porque no solo teníamos todos los argumentos legales necesarios para que la Corte lo revise, sino que contamos con el creciente apoyo internacional reflejado en los Amicus presentados a la Corte en nuestro favor. Reitero lo que dije hace un año atrás, el 4 de junio de 2008, que mientras quede una persona luchando fuera, nosotros seguiremos resistiendo hasta que se haga justicia”.

Yo me sumo a quienes continúan la batalla, como puntualiza el texto del Parlamento cubano: “Nuestra lucha hasta lograr su liberación no disminuirá ni un instante. Ahora es el momento de reforzar nuestras acciones, sin dejar ni un solo espacio por cubrir ni una sola puerta por tocar. Estamos seguros que Gerardo, Antonio, Fernando, Ramón y René continuarán, como lo han hecho durante estos casi 11 años, encabezando esta batalla”.

02 junio, 2009

En las entrañas del Amazonas (IV)

Cubanos reducen la malaria en población del Estado

Un programa de prevención y control integrado de malaria, que se aplica en el estado brasileño del Amazonas, ha permitido disminuir la incidencia de la enfermedad en más del 30% durante el 2008, según conocimos en un encuentro con el master Jorge Lugo Mendoza, coordinador del proyecto por la parte cubana, en nuestra llegada a la ciudad de Manaos.

El proyecto cuenta con la asesoría técnica de especialistas del Grupo Empresarial LABIOFAM, de Cuba, y la aplicación de biolarvicidas producidos por la propia entidad.

La cifra de reducción de la malaria significa que alrededor de 80 mil personas no enfermaron, y la situación es aún más favorable en el municipio de Manaos, capital del estado, donde los índices han descendido al 50% con la aplicación del biolarvicida Bactivec.

Esta estrategia, que se realiza desde finales del 2007, lo desarrollan las brasileñas Fundación de Vigilancia de Salud (FVS) y la empresa Bioamazonas; los especialistas de LABIOFAM son coordinadores técnicos por su experiencia en el control vectorial con medios biológicos.

La amazonia es el mayor emisor de casos de malaria en Brasil, por lo que se convirtió en una enfermedad endémica. Las condiciones medioambientales de la región -innumerables reservas naturales y artificiales de agua, abundantes lluvias, espesa vegetación y altas temperaturas- favorecen la proliferación del vector principal de transmisión (anófeles darlingi) durante todo el año, explicó.

Alrededor de 45 cubanos han trabajado en los 41 municipios -62 forman el Amazonas- que se priorizaron teniendo en cuenta su situación epidemiológica. Ellos han tenido que adaptase a difíciles condiciones naturales y sociales, y coordinar acciones de salubridad ambiental con las secretarías de salud y gerencias de endemia de cada territorio.
Con esta labor integral se pretende impactar de forma sustentable en la morbi-morbilidad por malaria y redimensionar la política de prevención contra la enfermedad, significó el master en ciencias.

El reto que tiene este proyecto es superior para el próximo año, pues se prevé disminuir en otro 40% la incidencia de la malaria en la región, lo que estará favorecido por la aplicación del Bactivec en otros 12 municipios. Hasta el momento sólo se ha empleado en el área periurbana y rural de Manaos, donde se reporta el 20% de los enfermos de malaria del estado, aseguró Lugo.

Entre las labores que constatamos realizan estos especialistas se encuentran la búsqueda de casos positivos en la población, inspecciones a los laboratorios de diagnóstico (existen en localidades de alta incidencia), promoción y educación para la salud.

LABIOFAM debe suministrar este año al estado de Amazonas 150 mil litros de Bactivec, por un valor superior a los dos millones de dólares. El programa actual se extiende hasta el 2010, y debe prorrogarse porque reduce la nefasta acción de los productos químicos sobre el medio ambiente; para entonces nativos y turistas tendrán el privilegio de ver volar de nuevo a las mariposas sobre el pulmón del mundo.

01 mayo, 2009

A Cuba no la tendrán jamás

Fotos: Eddy Martin
A las ocho en punto de la mañana, la Plaza de la Revolución José Martí, de La Habana, semejaba un mar de pueblo, unido por los principios, los valores y la decisión de defender las conquistas de la Revolución.

Raúl Castro Ruz, el presidente cubano; Miguel d`Escoto, secretario general de la Asamblea de Naciones Unidas, y otros dirigentes del Partido y los movimientos sindicales, hicieron su aparición en el momento mismo en que estaba previsto iniciar la celebración del Día Internacional de los Trabajadores.

Salvador Valdés Mesa, secretario general de la Central de Trabajadores de Cuba, al dirigirse al pueblo de Cuba, recordó el marco histórico en que se celebra este Primero de Mayo, inmersos en la celebración del aniversario 50 de la Revolución y el 70 de la CTC. Un momento para celebrar las conquistas, dijo, bajo el esfuerzo y sacrificio de varias generaciones de cubanas, protagonistas ejemplares de la obra revolucionaria.

Resaltó que tenemos la unidad como piedra angular de la resistencia y victorias de nuestro pueblo. Señaló que llegamos a esta fecha en el fragor por eliminar los cuantiosos daños sufridos el año anterior por el embate de tres huracanes, convertidos en los más destructores de la historia.


Todo ello fue calificado por el dirigente sindical como “de extraordinario esfuerzo de los trabajadores y el pueblo, que han evidenciado una vez más la solidaridad, la capacidad de sacrificio y la voluntad de seguir adelante. La recuperación de los daños a la economía, la infraestructura y las viviendas avanzan de manera gradual, y precisó que será necesario dedicar en el futuro grandes esfuerzos y recursos para restañar las heridas causadas al país.
Señaló que ello se agudiza ya que la sociedad se encuentra inmersa en una crisis global que torna compleja la situación política, económica y social a escala internacional, que impacta sobre el pueblo y pone a los trabajadores en un panorama desolador al que ningún país escapa.

En el caso de Cuba, especificó, se suman los efectos del férreo bloqueo económico de los Estados Unidos, impuesto hace casi medio siglo, “con la obsesiva y fracasada pretensión de destruir la Revolución”. Enfatizó que la unidad y la resistencia frente a cualquier obstáculo en que nos ha formado Fidel, son los pilares sobre los que se erige triunfante la Revolución cubana y se convierte en las principales banderas de combate para todos los tiempos.

Dijo que continuaremos apoyando resueltamente las medidas del gobierno para atenuar los efectos de la crisis sobre la población. “A los trabajadores nos corresponde estar en la primera línea de esta batalla con la consagración al trabajo, que es la fuente principal de creación de las riquezas, en la elevación de la producción y la productividad, por la reducción de las gastos y los costos, por crecer en las exportación y en los renglones que sustituyen importaciones.

Precisó que para el logro de estos objetivos se impone trabajar con más disciplina y calidad; y desarrollar una cultura del ahorro como la más importante fuente de recursos a nuestro alcance.

“Crece el prestigio de Cuba”, y argumentó que “en América Latina son más los gobiernos populares que se fortalecen en pujantes movimientos sociales, con los que se profundizan nuestras relaciones Nos regocijan ver las muestras de apoyo expresadas por numerosos mandatarios del continentes en la recientes cumbres del ALBA y de las Américas. Satisface constatar cómo se unen voluntades y avanza un verdadero programa de integración regional”.

A final de su discurso, Valdés Mesa, enumeró a dirigentes sindicales, líderes de movimientos sociales y otras personalidad de diversas partes del mundo, que quisieron celebrar en Cuba el Primero de Mayo, a quienes agradeció el gesto de apoyo solidario que durante décadas han hecho a nuestro pueblo. Extendió este sentimiento al Movimiento Sindical Mundial, a las organizaciones obreras y de solidaridad y a todos lo que en el mundo realizan acciones y apoyan la liberación de los Cinco Héroes cubanos que guardan injusta prisión en cárceles norteamericanas, y ratificó la decisión irrenunciable de los cubanos a construir el socialismo bajo la dirección del Partido, de Fidel y de Raúl.

“A Cuba no la tendrán jamás”, definió.

En las entrañas del Amazonas (III)


Lluvia y agua por doquier

La llegada a Manaos fue contradictoria. Tanta lectura había hecho de sus bellezas que en la primera impresión quedé decepcionada. Desde el aire todo era inmensidad, pero en la tierra y aún desde el avión, el aeropuerto internacional era horrible.

Pequeño, como sucio o manchado por tanta lluvia o por el tiempo, las áreas del campo de pista descuidadas, una cerca perimetral fea y… la jungla. Nada de la ciudad.

En Manaos, la capital del estado de Amazonas, habita su millón y medio de habitantes, que viven constantemente amenazados por la malaria, enfermedad que trasmite el mosquito anófeles darlingi.

Es una ciudad portuaria internacional, situada a mil 500 kilómetros de la desembocadura del río Amazonas y a sólo 40 u 80 metros por encima del nivel del mar. Es una húmeda y no demasiado limpia. En el Amazonas llueve durante seis meses, entre diciembre y mayo y el resto es imposible descartar que algún aguacerón te sorprenda caminado por calle, cuando diez minutos antes el Sol cegaba y quemaba la piel.

La capital tiene una infraestructura urbana metropolitana, con una extensa red de hoteles, restaurantes, una Zona Franca, dos carreteras principales de acceso, puertos, aeropuertos, centros comerciales, centro de convenciones, hospitales, amplia red vial, anchas avenidas y muchos rascacielos.

Algunas de sus construcciones, como el Puerto Revitalizado de Manaus y las famosas casas flotantes palafitos son proyectadas para los desniveles estacionales de los ríos.

Su historia comienza en 1669, Con la fundación del fuerte de San José da Barra do río Negro, en 1669 comienza la historia de Manaos, una aldea originaria que pasó dos siglos aislada del resto de Brasil y del mundo. Con el tiempo se convirtió en la ciudad más próspera, admirada y envidiada de la cuenca amazónica.

Atrae a millones de turistas anualmente, en solo un fin de semana, digamos como es el que coinciden con el coinciden con el Festival de la Ópera se reúnen más de 200 mil visitantes; la auténtica joya de Manaos es el teatro Amazonas, herencia de los tiempos de esplendor cauchero. Proyectado íntegramente en Portugal, fue inaugurado en 1896. En su desmedido afán vanguardista, la nueva aristocracia de Manaos no dudó en contratar a los más afamados artistas europeos de aquel tiempo, como Sara Bernhardt y Enrico Caruso.

La intensidad de su tráfico fluvial es increíble y pone a la urbe en comunicación marítima directa con muchos de los grandes puertos del mundo. En la década de 1970 se produjo una explosión demográfica.

Aconsejo a todas las personas que quieran viajar a la capital del Amazonas traer ropas ligeras y confortables, calzado para caminar, espejuelos oscuros, paraguas, linterna, protector solar y repelente, porque comprar aquí es una odisea y debe ser una de las ciudades más caras del mundo. Preventivamente se debe llegar vacunado contra la fiebre amarilla y el tétano.

La metrópoli está ubicada en la región norte, a dos mil 150 kilómetros de Brasilia. El Aeropuerto Eduardo Gomes, a 15 kilómetros del centro, recibe vuelos de ciudades brasileñas y de Sudamérica.

El traslado a Manaos desde otras ciudades de Brasil es únicamente por avión. El servicio de autobuses se realiza solo para Boa Vista, capital del estado de Roraima y para algunas localidades en el estado del Amazonas. Los viajes por vía terrestre para Manaos generalmente incluyen largos recorridos en barcas o balsas. De ellos, espere nuestras historias.

17 abril, 2009

En las entrañas del Amazonas (II)



Volar sobre árboles y agua dulce

Después que pasan alrededor de dos horas desde que el avión despegó de Ciudad Panamá, si su destino es Manaos, usted volará sobre las copas de árboles inmensos o del caudaloso cauce del río Amazonas y sus remansos.

Es una visión paradisíaca que quise atrapar para siempre, mantener en mi recuerdo porque nunca antes había tenido el privilegio de ver de cerca “a tantos metros que es imposible definir cada planta” un paisaje semejante. No por gusto el Amazonas es conocido internacionalmente como el pulmón del planeta.

Mi destino era Manaos, no para hacer turismo sino para vivir la experiencia de 45 cubanos, que formando parte de un Programa Plurianual de Prevención y Control de la Malaria trabajan, algunos desde hace varios años, otros sólo uno, en esa gran batalla multifactorial por aliviar el sufrimiento de los amazonenses.

Felizmente el viaje fue tranquilo, aunque la lluvia intensa me impedía hacer fotos desde mi asiento al lado de la ventanilla del avión. La nubosidad era intensa, por momento sentíamos el corcoveo que reproduce cuando la aeronave se introduce en una ligera tormenta. No sentí miedo.

Aún llovía cuando nos acercamos al aeropuerto de destino. Se me hicieron más cercanos los árboles y el río –por momentos no sabes si es mar o río, depende de la vista que alcances desde tu puesto- y pude detallar la vegetación tupida, siempre verde de la selva tropical.

Entonces, comencé a pensar en los animales salvajes y peligrosos; en las tantas veces que mis seres más queridos me habían advertido que usara siempre botas, pantalones ajustados dentro de ellas, camisas de mangas largas para protegerme del sol.

Mas, no tuve mucho tiempo. La pista de aterrizaje estaba frente a mí y decepcionada miré al colega más cercano. No hay asfalto, la cerca alambrada tan próxima me permitía ver la semi selva y la vista de la parte posterior del aeropuerto es horrible. La edificación semeja ser muy vieja, es pequeña, la tarde estaba gris, lloviznaba aún y sentí un sobrecogimiento.

Para colmo cuando recibí mi equipaje, la maleta estaba totalmente empapada en agua, revolcadas mis cosas y mojadas mis ropas. ¿Qué me pondría dado el caso de tener que bañarme y salir de inmediato a trabajar?

Demoramos un rato en los trámites de recepción, hasta que un funcionario del aeropuerto vino y nos dijo que un doctor cubano aguardaba por nosotros. Jorge Lugo, coordinador del proyecto de prevención de la malaria y Teresita Aldecoa, una de las asesoras cubanas que labora en la capital del estado venían a nuestro encuentro. Nos fundimos en sendos abrazos, y salimos al portal a esperar que la lluvia amainara para emprender el viaje hasta nuestro hospedaje.

14 abril, 2009

Cubanos en el Amazonas (I)


Para vivir la experiencia de los cubanos

Desde hace alrededor de siete años, un pequeño grupo de cubanos, especialistas en control de vectores del Grupo Empresarial LABIOFAM, trabaja junto a brasileños de la empresa Bioamazonas, las gerencias de Endemia de los municipios y de la Fundación de Vigilancia de Salud en el combate para reducir los índices de la malaria, una enfermedad endémica del estado Amazonas, de Brasil.

Al principio se realizaron importantes pruebas con productos biológicos fabricados por LABIOFAM, y los cubanos llegaron a la región para brindar un servicio de pos venta de esos productos, que están avalados por los altos índices de reducción de los agentes propagadores de peligrosas enfermedades como la malaria y el dengue en varios países de Asia, África y América Latina.

Luego se forjaron planes más ambiciosos; surgió la empresa Bioamazonas y ella contrató los servicios de los especialistas cubanos, la mayoría médicos veterinarios y biólogos. Los resultados han sido espectaculares.

Tras esa experiencia y para tratar de vivirla con los cubanos, corriendo los mismos riesgos, salí de Cuba. Le pedí a un colega me hiciera una foto junto a mi hijo para que me acompañara todo el tiempo; es la que muestro. La mañana era espléndida en La Habana, con la llegada del primero frente frío había bajado la temperatura; poco después de la salida del Sol, el avión despegó de la pista del Aeropuerto José Martí.

El viaje hasta Ciudad Panamá fue sereno; me acompañaban dos colegas de la televisión cubana y nos empeñamos en compartir bromas, experiencias de trabajo, jaranear con las aeromozas, en fin, de conocernos mejor.Era despejada la mañana, lo que nos permitió avistar la Isla de Gran Caimán, algunos cayos y embarcaciones, que supongo hayan sido inmensas; cuando anunciaron la escala en Panamá ya se veían algunas huellas de seres humanos sobre la tierra.

Carreteras, playas habitadas, embarcaderos, edificaciones.La vista de la ciudad fue deslumbrante. La urbe se desliza del litoral hacia adentro, con sus rascacielos pegados a la playa, iluminados por el reflejo de un Sol tenue. Apenas divisamos todo ello, la lluvia comenzó a caer torrencialmente durante casi 40 minutos, el tiempo previsto para cambiar de avión.

En ese tiempo las personas que viajaban en la misma aeronave que yo se regaron por los salones buscando la puerta de salida para su próximo vuelo -Panamá es un punto neurálgico del tráfico aéreo- o para visitar, en poco tiempo, las decenas de tiendas que se aglomeran unas tras otras hasta parecer interminables y que ya no tienen precios tan bajos como antes.

La lluvia amainó y despegamos rumbo a Manaos. Nuevamente y sobre el mar, quedé fascinada con tanta belleza de la ciudad.