CUBA: SUS GENTES, SUS PASIONES, SUS PAISAJES. LA COTIDIANIDAD, DESDE UNA VISIÓN PERSONAL
23 marzo, 2006
La hoja de la curiosidad
Fotos Joaquín Hernández Mena
Consuelo de meditabundos, deleite de los arquitectos soñadores del aire. Así lo definió José Martí, quien sólo fuera ocasional fumador, pero contaba que el general Chingman, de la Nueva Carolina, decía maravillas de las virtudes médicas de la hoja del tabaco.
Antonio Núñez Jiménez, en sus excursiones por la geografía magnífica de Cuba, dejó en una de sus descripciones la mejor impresión que he escuchado sobre esas hojas: Con infinito placer, fumo sentado en la sólida base de una estalagmita… Ligero, el aire mueve las volutas de humo que brotan de mi Habano y se levantan, se expanden y se transforman en castillos, imágenes difusas, cabelleras desplegadas, trombas en espirales…
Sin embargo, el viejo cosechero pinareño Reinaldo Menéndez, la llamó la hoja de la curiosidad, refiriéndose al largo camino que se necesita transitar para el disfrute de un buen puro. Más de 140 operaciones diferentes, que no se hacen en un día, sino en todo un año, se requieren para el bautizo de este hijo pródigo y único de Cuba.
Se puede cosechar en otras tierras, pero las características de los suelos de la Isla, le proporcionan aromas y sabores exclusivos y ningún fumador estará tan complacido como al saborear un Habano. Eso se lo he escuchado a muchos. A novatos y a expertos, a coleccionistas y a grandes personalidades, de esas que viajan cada año a este “pequeño caimán” movidos por el reto de degustar un Cohíba, un Vegas Robaina, o también para llevarse como trofeo un humidor con las mejores selecciones de puros.
Las vegas finas de San Juan y Martínez y de San Luis, en el extremo más occidental del archipiélago, son insuperables para la cosecha de la hoja. Son tierras bajas, onduladas, movedizas, formadas fundamentalmente en los recodos de los ríos, que tienen la capa arable muy delgada, con acidez neutra y un aceptable contenido de potasio. Aquí nacen todas sus cualidades organolépticas.El fino vestido que cubre a cada Habano tiene tierras también de privilegios. San Antonio de los Baños, en La Habana es su cuna. Para evitar el exceso de sol ha de crecer cubierto por telas, y expertas manos recogerán una a una las hojas.
Del laberinto de la cosecha pasan al ensarte, al secado, a la curaduría, al torcido. Manos finas y expertas se requieren para construir el diseño de muchos soñadores: largos y gruesos, cortos y finos, ovalados, puntifinos, más de 60 vitolas diferenciadas por el largo, diámetro y liga, que se destinan a la exportación hacia todos los países del mundo, con la excepción de Estados Unidos, donde no lo comercializan oficialmente, pero sí le hacen la mayor propaganda.
La litografía distingue al puro cubano. Ella también es obra de artistas y creadores. Más de treinta estuches consignan la belleza de su acabado. El más elegante es el Presidencial, que lleva el escudo de la República de Cuba. Todos los cajones tienen un sello de garantía: “Tabacos habanos genuinos”. Más de cien millones, hechos completamente a mano, inundan cada año el mercado del tabaco, mas no satisfacen la demanda de un mundo ávido por deleitarse con un cigarrillo cubano, a pesar de todas las recomendaciones que se hacen sobre los efectos dañinos de esta práctica ancestral.Y casi todos los fumadores inician o mantienen la costumbre por motivos sicológicos. “Para producir una descarga nerviosa”, dicen algunos, aunque el doctor Salvador Massip afirma: “es posible que no haya un hábito más extendido entre hombres y mujeres de todas las razas, de todo grado de cultura y de toda condición social”.
16 marzo, 2006
Los colores en la vida de Geraldina
Geraldina González Franco no quería ir a la escuela sindical. No conocía a nadie, ni el lugar donde estaría, y se preguntaba constantemente quién la ayudaría a la hora del almuerzo y en mil cosas más. En un instante se dijo: “sí, sí voy a ir, porque la suerte es loca y a lo mejor me da alguna sorpresa la vida”.
En su primer día de clases el chofer que la llevó hasta la escuela vio a una muchacha sentada en un sofá y le comentó: “Mira, ella es ciega, ¿tú la podrás ayudar?” Desde entonces surgió una amistad y Mirta Medina, la dirigente sindical de Centro Habana, se convirtió en el brazo derecho de Geraldina.
Mas, ciertamente, la vida le daría sorpresas. Durante los tres meses que duró aquel curso conoció a un muchacho, se relacionó con él, se enamoraron, y ella, que estaba divorciada desde hacía cinco años, se volvió a casar. Asdel Milanés, un vidente, que dirige una sección sindical en Radio Rebelde, completó la familia que integraban el padre de Geraldina y su hija Dayana.
Nació con glaucoma, pero tenía buena visión y su mamá la matriculó en la escuela normal. Su enfermedad avanzó y cuando llegó al cuarto grado los médicos recomendaron trasladarla a la escuela para débiles visuales Abel Santamaría. A los tres meses de edad, Geraldina había sido intervenida quirúrgicamente, luego a los siete y antes de los 21 años ya la habían operado 11 veces.
Hasta el noveno grado compartió la vida con personas que tenían limitaciones físicas semejantes a las suyas, y tuvo que adaptarse al medio cuando ingresó al preuniversitario Saúl Delgado, del Vedado. Era la única invidente y al principio les parecía un poco rara, pero “cuando supieron que era una persona normal, que estaba apta para recibir las mismas clases, me aceptaron”.
Y sobresalía por su capacidad intelectual, tanto, que en 1982 asistió al Congreso de la Federación de Estudiantes de la Enseñanza Media (FEEM), “las únicas delegadas fuimos la presidenta de la FEEM y yo, entre mil 200 alumnos que tenía el pre”.
SIN MIEDO A LA VIDA
Nada escapa al movimiento de sus dedos ni a los matices del habla. Trasmite sentimientos, alegrías, optimismo. Estudió Psicología en la Universidad de La Habana, “porque tenía una discapacidad física y necesitaba que las personas me entendieran, y a su vez entender el comportamiento de ellas hacia mí, usted se dará cuenta que no todo el mundo acepta ni valora de la misma manera a los discapacitados.
“Ahora cuento con las herramientas que me permiten valorar por qué las personas actúan así, si es por falta de conocimiento, o porque son insensibles. Tengo los conocimientos para enfrentar la vida y no tenerle miedo”.
Estudiaba doblemente. Escribía en Braille y grababa las clases. En ocasiones prefería escuchar a los profesores, luego en casa. Mediante la grabación, recordaba el contenido y tomaba notas.
También sus amigas le dictaban y le explicaban por teléfono.
Pero mucho antes de todos estos sentimientos, Geraldina tuvo el privilegio de ser una niña deseada y querida por sus padres. Afectos nunca le faltaron y ellos la llevaban y traían de la escuela como si siguiera siendo una niña, hasta que ya en la universidad, su amiga Mayra la acompañaba hasta la piquera del hospital Calixto García y en un taxi regresaba a casa. “Mi madre dedicó toda su vida a atenderme”.
CON FIDEL
Los pasillos, los patios y salones de la escuela Abel Santamaría conocen de memoria los pasos de Geraldina. Los alumnos y los trabajadores la identifican por su talento, por su trabajo como dirigente sindical, por el que ha conquistado la condición de vanguardia nacional para su centro y para ella durante varios años.
Su falta de visión no le impidió hacerse máster en Psicología, viajar por España e Italia y acumular muchas satisfacciones en sus 15 años de trabajo. Fue impactante el encuentro con Fidel, en su propia escuela, cuando tuvo una primera oportunidad para leerle un texto escrito en Braille y conversar con él durante su segunda visita. “Sueño que él va a venir otra vez”.
Geraldina pasa sus días dando explicaciones psicológicas a todo el mundo. “Atiendo a los niños les brindo tratamiento individual o colectivo para estimular los procesos cognoscitivos: el pensamiento, la memoria, la percepción táctil, y también atiendo a los padres, porque no todos aceptan la llegada de un niño con discapacidad visual y necesitan mucho apoyo emocional. Además, oriento a los profesores en algunas actividades docentes”.
Quizás por su condición y esa autoridad que bien ha ganado, Geraldina siente que sirve de ejemplo en la comunicación, hasta de estímulo, “si ellos ven que yo llegué a ser una profesional, comprenderán que sus hijos también pueden llegar”.
Tiene un reconocimiento para la labor de divulgación que se realiza en Cuba respecto a lo que son capaces de hacer las personas discapacitadas. “Podemos lograr todas las cosas que nos propongamos en dependencia de nuestras posibilidades, y he tenido más escollos de la vida que de las personas”.
Por eso le concede la mayor importancia a la forma de ser, de pensar, de actuar de las personas; disfruta mucho pensar y hablar con los inteligentes, no los que lo sean sólo desde el punto de vista profesional, de comportamiento ante la vida.
Hija de padres comerciantes, a los 40 años reconoce que sólo en Cuba ella ha podido ser quien es. “Aquí los niños con discapacidad no tienen que pagar nada por las máquinas Braille, las grabadoras, los programas, los relojes parlantes. Esos recursos son muy caros y en el mercado mundial son muy difíciles de comprar, porque el bloqueo le ha puesto precios muy altos, pero el país utiliza una parte de sus finanzas para comprar esos medios tan útiles para nosotros”.
Cuando aprendió a escribir en una computadora, con un programa que llaman Jaws, conquistó su independencia. Sola hace los informes del sindicato, las cartas, su currículum. Y cuando se le habla de este tema llega a su mente el recurrido sexto sentido que dicen desarrollan los discapacitados.
“Es como una capacidad para relacionarnos con los demás, para comprender a las personas, no es que haya un sexto sentido desde el punto de vista psicológico. El mío es aprender a vivir con la discapacidad, a relacionarme con las personas, a que me acepten como yo acepto a los demás.”
“YO NO VEO OSCURO”
Es un proceso psicológico que se llama ilusión perceptual, funciona a nivel del cerebro, y las personas tienen una imagen de lo que son las cosas, “como yo vi hasta los quince años, es como si viera la silueta, el contorno”.
Cuando nació su hija, Geraldina tuvo mucha curiosidad por saber si tenía los ojos grandes como ella, pero su madre la tranquilizó al decirle que los tenía grandes, pero no tanto, “nació normal, lo mío fue un accidente genético”.
La alegría por la vida hace pensar que Geraldina no tiene problemas. Los tiene como todos, “y he tenido que sobreponerme, los he superado. El fallecimiento de mi mamá cuando la niña tenía dos años, fue muy duro. Tuve que reestructurar mi vida totalmente. Estuve deprimida, pero dije: la vida continúa, la niña me necesita, y me levanté... No puedes ver tu problema como el más grande del mundo, es uno más. La vida hay que verla en colores, con matices, hoy a lo mejor es negra, mañana se pone rosadita, y llega el momento en que la ves roja, con mucha alegría...
El eufemismo de la transición
El término transición democrática, que el gobierno de Estados Unidos intenta presentar al mundo como un recurso viable e inofensivo para inocular su modelo de “sociedad perfecta”, no es más que un eufemismo para encubrir el verdadero propósito de su política exterior. En el caso de Cuba, el objetivo confeso es destruir la Revolución.
Para Josefina Vidal Ferreiro, directora interina de la América del Norte del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, lo que cambia es el discurso según la circunstancia histórica. “A principios de la Revolución utilizaron como pretexto la alianza de Cuba con la URSS, después el apoyo a los movimientos de liberación nacional de América Latina y finalmente nuestra presencia en África.
“Cuando estas ‘amenazas’ desaparecieron, inventaron otras para sustentar la continuidad de su política, y comienzan a manipular, desde diversas aristas, el tema de la falta de democracia en la Isla.
La Ley Torricelli, de 1992, es el primer documento oficial que recoge la formulación del concepto transición democrática y su promotor fue Richard Nuccio, quien entonces era Jefe de los Asistentes Demócratas del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes del Congreso.
Sin cambiar los elementos tradicionales de la política norteamericana hacia Cuba, -el reforzamiento del bloqueo y la subversión interna- esa ley se propuso flexibilizar otros aspectos para influir en la población, minarnos desde adentro y buscar el cambio del gobierno cubano, política que trascendió como Carril II.
LA MERCANCÍA EDULCORADA
El concepto de la “transición democrática en Cuba” ha ido evolucionando. A finales del mandato presidencial de Bush padre le incorporaron el término “pacífica”, que se mantuvo durante la administración Clinton y en el primer año del actual gobierno.
“En el segundo o tercer año del mandato de W. Bush se añaden elementos de mayor agresividad. Los más recientes pronunciamientos o declaraciones de funcionarios del gobierno de Estados Unidos, suprimen completamente el término pacífico, y lo sustituyen por transición expedita.
“En este mundo mediático en que los mensajes son tan importantes y ellos los usan constantemente, no es igual decir que EE.UU. quiere derrocar al gobierno de Cuba por la vía del enfrentamiento abierto como hacían en la década del 60, a hacer críticas y cuestionamientos al sistema político.”
Estados Unidos también aplica el concepto transición en su política hacia otros países, promueve cambios en las naciones que consideran hostiles, mediante el uso de la fuerza como hicieron en Afganistán e Iraq, o por la democratización forzosa de regímenes que consideran deben de ser cambiados.
Este último elemento, la democratización forzosa, se expresa de manera muy agresiva en la política exterior norteamericana por medio del financiamiento directo a grupos de oposición o con la aplicación de sanciones.
“Otra arista de la llamada transición en el caso de Cuba es deslegitimar su gobierno a través de campañas de descrédito a nivel internacional: como son los temas de la violación de derechos humanos, la promoción del terrorismo, la falta de libertades individuales. Presentan a Cuba como un gobierno diabólico, como lo hacen también con Venezuela e Iraq.
ACELERAR LA CAÍDA DEL PROCESO CUBANO
En la actualidad el tono del discurso se inclina hacia posiciones extremas: hablan de liberar al pueblo de Cuba, de acelerar la caída del gobierno y de que el presidente W. Bush no va a aceptar una sucesión de poderes.
“Los planes elaborados por la actual administración norteamericana son claramente anexionistas, ni siquiera dan la posibilidad a los cubanos de escoger su camino, implantarían un sistema distinto, un cambio económico, social, político, dictando lo que se puede hacer.
“Afirman que no van a aceptar el traspaso de gobierno de Fidel a Raúl ni de Raúl a otro de los actuales dirigentes, tratan de impedir la continuidad de los revolucionarios en el poder, y ahora con el conocido Plan Bush pretenden desaparecer los vestigios del socialismo.
Un segundo paquete de medidas, que deberá instrumentarse según el Departamento de Estado a partir de mayo próximo, devendrá mayor reforzamiento de la hostilidad de la Casa Blanca hacia nuestro país.
Desde octubre del 2005, el Departamento de Estado, con la anuencia de la comunidad de inteligencia de Estados Unidos, incluyó a Cuba en una selecta lista de 25 países, que ellos consideran que a corto, mediano o a largo plazo puede haber un alto riesgo de inestabilidad. “Nuestra presencia en esa lista no nos deja otra alternativa que pensar que el uso de la fuerza se mantiene en los planes contra Cuba.
“El pronóstico para el caso cubano es de dos a cinco años, periodo que conlleva la elaboración de planes de contingencia, según ese informe. En este punto, una vez más esgrimen el presunto deterioro de la salud del Comandante en Jefe Fidel Castro y su desaparición física como el punto culminante para pasar del discurso a la acción.
“Esa teoría nos remite al error que constantemente comete Estados Unidos de personalizar la Revolución cubana, centrarla en liderazgos, desconociendo su historia, la institucionalización del país, y la formación de nuevas generaciones de líderes que están prestos y preparados para asumir el relevo.
“Las grandes personalidades no se reproducen. Las nuevas generaciones cubanos que tendrán la misión de conducir el futuro de este país lo harán con sus propias características, preservando siempre el legado de la dirigencia histórica de la Revolución. Los valores y las tradiciones no van a desaparecer.”
Evolución del concepto transición en la retórica de EE.UU.
1992:-
23 de octubre: El presidente George Bush firma la “Ley para la Democracia en Cuba”, conocida como Ley Torricelli, la cual plantea que “la caída del socialismo le proporciona a EE.UU. una oportunidad sin precedentes para promover la transición pacífica hacia la democracia en Cuba”.
1996-
12 de marzo: El presidente Bill Clinton firma la “Ley para la Solidaridad Democrática y la Libertad de Cuba”, o Ley Helms-Burton, la cual establece una política para facilitar la transición pacífica a la democracia en Cuba y el paso rápido de ese gobierno a otro electo democráticamente.
2001-
28 de abril: El representante permanente de EE.UU. ante la OEA Roger Noriega, planteó que “EE.UU. utilizará mayor creatividad y vigor para acelerar la inevitable transición democrática”.-
27 de mayo: La representante Ileana Ros-Lehtinen en carta a W. Bush expresó que bajo su gobierno se ha presenciado la liberación de Afganistán e Iraq y le ofreció propuestas y recomendaciones que permitirán un curso de acción que ayude a precipitar un cambio de régimen. -
4 de octubre: El secretario Asistente de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental, Roger Noriega, declara que el presidente W. Bush está comprometido a ver el fin del régimen de Castro”-
10 de octubre: el presidente W. Bush, al anunciar la creación de la Comisión para la Asistencia a una Cuba Libre, afirmó que “el régimen cubano no va a cambiar por su propia iniciativa, pero Cuba tiene que cambiar”-
5 de diciembre: Roger Noriega señaló: “Creemos que la transición puede ocurrir en cualquier momento y tenemos que estar preparados para actuar de manera decisiva y ágil (…). EE.UU. quiere estar seguro de que durante la transición política en Cuba los compinches del régimen no tomen el control de los aparatos de seguridad”.
2005-
1ro de febrero: el vocero del Departamento de Estado Richard Boucher refirió que un diálogo productivo con Cuba no es posible (…), “creemos que la presión es la mejor manera para asegurar cambios en Cuba”.-
16 de junio: El coordinador de la Oficina de Reconstrucción y Estabilización del Departamento de Estado, el cubanoamericano Carlos Pascual declaró que “es clave avizorar los pasos necesarios luego de la muerte de Fidel para fortalecer y apoyar la transición a la democracia, de forma tal que no sea una sucesión”.-
27 de octubre: El cubanoamericano Adolfo Franco, funcionario de la USAID, refirió que “el presidente Bush ha dicho que Cuba pasará por una transición hacia la democracia y los funcionarios cubanos van a tener que rendir cuentas”.
2006-
13 de enero: El Nuevo Herald refiere que Caleb McCarry, coordinador para la transición en Cuba, dijo que “no se puede predecir lo que sucederá en el proceso cubano, pero formar parte del régimen actual y pensar en una transición democrática no es la forma de avanzar en esta carrera por la libertad”.
Más que hermanos somos compañeros
No es fortuito que Floreal y Faure Chomón Mediavilla fueran protagonistas del Levantamiento Armado del 13 de Marzo, la vocación revolucionaria los unió casi desde niños.
Faure Chomón Mediavilla abrazó a su madre y en ese instante ella presintió el peligro. Palpó su cuerpo. El pecho, el abdomen, la cintura, y él le llevó la mano a la parte de atrás del pantalón, a la altura del cinto, para que sintiera la pistola. “¡No te dejes coger!, es preferible que te maten a que caigas en manos de esos esbirros.”
Eran casi las once de la mañana del 13 de marzo de 1957. Faure depositó “el último beso” en la frente de su madre. El de la despedida, mas, debía cumplir otra misión en su visita al apartamento del Vedado: confirmar a Floreal Chomón Mediavilla que la acción se ejecutaría esa misma tarde.
II
Carlos Gutiérrez, un experto ametrallador que participó en la II Guerra Mundial, traspasó la puerta del Palacio Presidencial y liquidó a la guarnición para dar paso al resto de los hombres. La operación se estudió en detalles. Cada comando tomaría un piso del edificio hasta la azotea, para impedir que entraran refuerzos desde arriba.
Llegaron en carros diferentes y habían salido de sus respectivos cuarteles 10 minutos antes de que lo hicieran los jóvenes que asaltarían a Radio Reloj. Las acciones debían producirse simultáneamente. Detrás de Carlos, Faure Chomón, fusil en ristre, trató de agarrar la verja de Palacio para abalanzarse sobre el guardia, pero una andanada de ametralladora calibre 30 lo lanzó por el aire hasta el borde de la acera.
Aturdido y casi sin conocimiento pensó que le habían destrozado el hígado. “¡Que fatal soy, no me han matado, los esbirros se van a cebar conmigo!” Y casi seguro, aunque no lo haya confesado, pensó en las palabras de su madre.
Desde ese momento, uno de los artífices principales de aquella misión que tenía como objetivo liquidar al tirano Fulgencio Batista, se convirtió en un espectador de los hechos. Evidentemente, los seis peines del fusil que llevaba en la cintura le salvaron la vida, y las heridas –según se supo horas más tarde– no interesaron ningún órgano vital.
III
José Antonio Echeverría empujó la puerta de la cabina y puso sobre la mesa, delante del locutor, la noticia del asalto al Palacio Presidencial. Estaba redactada al estilo de Radio Reloj y era el preámbulo para anunciar que el líder estudiantil se dirigiría al pueblo de Cuba.
La acción duró muy pocos minutos. Fructuoso Rodríguez, que estaba fuera de la cabina, entró y le dijo: “No sigas Gordo, te cortaron”.El pequeño grupo de jóvenes que asaltó la emisora debía reforzar las acciones del Palacio Presidencial, debido a una traición del jefe del comando asignado para hacerlo.
José Antonio lo supo poco antes del mediodía y decidió asumirlo personalmente…Cuentan que Faure lloró cuando supo la noticia de la muerte del Gordo. Lo imaginaba en otro lugar, no tirado en la calle y abandonado por sus compañeros como le estaban diciendo en la Universidad, a donde había logrado regresar burlando los cordones de seguridad de la Policía.
La indignación se apoderó de su alma. “A los jefes no se les abandona” les dijo, y salió a la calle a buscar el cuerpo. Una voz lo detuvo: “ya no está, no está muerto, lo llevaron a una casa por la calle L”. Faure suspiró. Podía ser una mala información o una mentira piadosa. Un auto lo recogió.
IV
Ambos hermanos están juntos. No hay similitudes en sus rostros, ni en los gestos. Floreal es bastante más alto, parco, inquieto. Faure es más joven, conversador sin límites y sin apuros.
Recurrimos a él porque, como dice, Floreal es muy modesto y no cuenta su verdadera participación en la insurgencia del 13 de marzo. Su trabajo y el de otros compañeros fueron muy importantes, invisible y anónimo.
No estuvieron en el combate, lo de ellos era preservar la organización clandestina y sus propias acciones. Si no se cuenta puede parecer que quien no tuvo una pistola o una ametralladora no hizo nada y sí hicieron.
Floreal Chomón Mediavilla no era sólo un locutor de Radio Reloj. Miembro del Directorio Estudiantil, integraba el grupo de acción que dirigía su hermano y era la fuente de información más certera del Movimiento. Creó una célula en la emisora que se convirtió en el núcleo principal del entonces Radio Centro.
Reloj tenía una planta de radio que recibía los mensajes de la Policía, con el objetivo de enviar un reportero al lugar de los hechos en casos relevantes y algunos periodistas se agenciaban el boletín secreto con las chapas circuladas, ambas fueron útiles al Directorio para conocer si sus acciones eran conocidas por los tiranos y si sus carros habían sido detectados en alguna actividad revolucionaria, lo que les permitiría actuar cuando fuera necesario.
Un miembro de la Motorizada venía frecuentemente a mirar el trabajo de los locutores a través de los cristales de la parte baja del edificio de M y 23. Floreal recibía instrucciones, pero al descubrir el interés del muchacho solicitó autorización al Directorio para entrenarlo y al mismo tiempo penetrar ese cuerpo militar.
Esta faceta fue clave en el trabajo de inteligencia del Movimiento Estudiantil. Día a día, Floreal copiaba en su memoria una parte de los códigos sobre el movimiento vehicular del tirano, y al llegar a su casa, los anotaba en una libreta. En poco tiempo los había descifrados todos, y esa información fue determinante para fijar la fecha, momento y lugar exactos de la epopeya, que trascendió como el levantamiento armado del 13 de Marzo.
V
Años después, cuando Faure Chomón era ministro de Transporte, se le reveló otra parte de la historia del fatídico 13 de marzo. Un periodista de apellidos Torres Momplet, que era miembro del staff de reporteros del Palacio Presidencial en 1957, le solicitó una entrevista.
“Le debo contar lo que vi el día del asalto”. Y contó.Estaba de guardia. Era un día caluroso y aburrido y contestó una llamada telefónica del jefe de información del periódico de Mansferrer, quien le preguntó si era verdad que estaban atacando a Radio Reloj.
El joven dijo “no chico, ¡esto aquí está más aburrido!” Y no hizo más que colgar, se produjo un estallido de balas. Se lanzó al piso y pensó: “¿cómo es posible que me preguntaran por algo antes de empezar? Con esta confesión, Faure corroboró que el asalto a Radio Reloj había comenzado casi un minuto antes que el de Palacio, y confirmó la tesis de que habían sacado del aire la planta de Radio Reloj y no era cómo decían, que si los locutores levantaban más la voz o cambiaban el tono, la emisora se cortaba.
Por única vez en la historia, cuando la radioemisora salió al aire de nuevo comenzó a dar la hora con un minuto de retraso.Torres Momplet le explicó a Faure que había estado allí todo el tiempo que duró el combate. Sintió la algarabía dentro del Palacio y la voz de Marta, la esposa de Batista, que al bajar las escaleras gritaba: ¡Mátenlos a todos, mátenlos a todos!
Al salir del salón donde trabajaba el reportero vio a un capitán de la policía que alzaba a cada uno de los heridos y los asesinaba a balazos por el pecho y el abdomen. Ningún herido en Palacio salió con vida. Todavía en aquel momento, Torres estaba impresionado.
Se incorporó al proceso revolucionario, pero tenía aquella lucha interior, estaba encubriendo a un asesino, que por demás había sido su amigo íntimo, recuerda Faure. “Le pedí que me dijera todo de nuevo para grabarlo y estuvo de acuerdo, pero no repitió el nombre del capitán”.
Al amanecer del día siguiente del asalto a Palacio formaron a una parte de la guarnición, y Torres Momplet vio cuando Fulgencio Batista se asomó al tercer piso para saludarlos, pero lo hizo con la mano –confirmando que había perdido la voz, pues no era su estilo para dirigirse a la tropa–.
Recordó también que Batista se pasaba la mano por la cabeza y tenía el pelo blanco. Faure lo interrumpió para precisarle que no podía ser, que el tirano (durante nuestra entrevista nunca pronunció su nombre) tenía el pelo negro. Pero el hombre aseguró: “Yo lo vi”.
El entonces Ministro de Transporte comentó: se repite el hecho histórico de aquella emperatriz de la revolución francesa que en una noche de terror se le blanqueó el cabello.
VI
Floreal y Faure no fueron combatientes por azar, son revolucionarios desde que tuvieron uso de razón, porque sus padres así los educaron. Hijos únicos de un matrimonio de combatientes antibatistianos, de abuelos mambises, no era casual que Georgina Mediavilla Díaz los conminara constantemente a que se cuidaran.
Cada acción podía costarle la vida, pero “el pensamiento primario era que saliera bien la operación”, dice Floreal, y Faure lo apoya: “no queríamos darle el dolor a una madre de que dos hijos murieran el mismo día, por eso a Floreal no lo dejan subir al auto de José Antonio cuando salen de Radio Reloj.
Ya había estado preso de la tiranía, si lo cogían lo hubieran matado. Hoy se trata de que los hermanos no estén juntos en acciones que pongan en riesgo sus vidas, pero entonces no era así.“Floreal y yo, más que hermanos somos compañeros revolucionarios, así hemos vivido desde niños.”
Y cuando la pregunta periodística precisa, Faure es el primero en responder: Si José Antonio logra llegar a Palacio para realizar la segunda operación, la batalla hubiera sido más grande. Todos los jefes lo hubieran secundado, tomarían los edificios con la mitad de las armas. Podíamos ganar o no, pero hubiera sido diferente.Si lográbamos la victoria, no se permitirían golpes de estado, ni ejércitos en el poder.
Los ejércitos debían unirse al mando revolucionario. De tomar La Habana, la lucha sería favorable, porque en la ciudad estaba el pueblo. Suponíamos que el Partido Socialista Popular, -no tenía una línea armada, pero era revolucionario- se sumaría, Fidel avanzaría desde Oriente, y podíamos garantizar que el poder fuera de la revolución. Esos detalles, José Antonio los analizó con nosotros. “La historia de Cuba era nuestra maestra”
¿Y el liderazgo?
“El líder indiscutible era Fidel. Estaba reconocido como jefe de la Revolución desde el asalto al Moncada”. Preciso, seguro, Faure recurre a la Carta de México, para demostrar que José Antonio, en ese momento histórico, se puso a las órdenes de Fidel.
Faure Chomón Mediavilla abrazó a su madre y en ese instante ella presintió el peligro. Palpó su cuerpo. El pecho, el abdomen, la cintura, y él le llevó la mano a la parte de atrás del pantalón, a la altura del cinto, para que sintiera la pistola. “¡No te dejes coger!, es preferible que te maten a que caigas en manos de esos esbirros.”
Eran casi las once de la mañana del 13 de marzo de 1957. Faure depositó “el último beso” en la frente de su madre. El de la despedida, mas, debía cumplir otra misión en su visita al apartamento del Vedado: confirmar a Floreal Chomón Mediavilla que la acción se ejecutaría esa misma tarde.
II
Carlos Gutiérrez, un experto ametrallador que participó en la II Guerra Mundial, traspasó la puerta del Palacio Presidencial y liquidó a la guarnición para dar paso al resto de los hombres. La operación se estudió en detalles. Cada comando tomaría un piso del edificio hasta la azotea, para impedir que entraran refuerzos desde arriba.
Llegaron en carros diferentes y habían salido de sus respectivos cuarteles 10 minutos antes de que lo hicieran los jóvenes que asaltarían a Radio Reloj. Las acciones debían producirse simultáneamente. Detrás de Carlos, Faure Chomón, fusil en ristre, trató de agarrar la verja de Palacio para abalanzarse sobre el guardia, pero una andanada de ametralladora calibre 30 lo lanzó por el aire hasta el borde de la acera.
Aturdido y casi sin conocimiento pensó que le habían destrozado el hígado. “¡Que fatal soy, no me han matado, los esbirros se van a cebar conmigo!” Y casi seguro, aunque no lo haya confesado, pensó en las palabras de su madre.
Desde ese momento, uno de los artífices principales de aquella misión que tenía como objetivo liquidar al tirano Fulgencio Batista, se convirtió en un espectador de los hechos. Evidentemente, los seis peines del fusil que llevaba en la cintura le salvaron la vida, y las heridas –según se supo horas más tarde– no interesaron ningún órgano vital.
III
José Antonio Echeverría empujó la puerta de la cabina y puso sobre la mesa, delante del locutor, la noticia del asalto al Palacio Presidencial. Estaba redactada al estilo de Radio Reloj y era el preámbulo para anunciar que el líder estudiantil se dirigiría al pueblo de Cuba.
La acción duró muy pocos minutos. Fructuoso Rodríguez, que estaba fuera de la cabina, entró y le dijo: “No sigas Gordo, te cortaron”.El pequeño grupo de jóvenes que asaltó la emisora debía reforzar las acciones del Palacio Presidencial, debido a una traición del jefe del comando asignado para hacerlo.
José Antonio lo supo poco antes del mediodía y decidió asumirlo personalmente…Cuentan que Faure lloró cuando supo la noticia de la muerte del Gordo. Lo imaginaba en otro lugar, no tirado en la calle y abandonado por sus compañeros como le estaban diciendo en la Universidad, a donde había logrado regresar burlando los cordones de seguridad de la Policía.
La indignación se apoderó de su alma. “A los jefes no se les abandona” les dijo, y salió a la calle a buscar el cuerpo. Una voz lo detuvo: “ya no está, no está muerto, lo llevaron a una casa por la calle L”. Faure suspiró. Podía ser una mala información o una mentira piadosa. Un auto lo recogió.
IV
Ambos hermanos están juntos. No hay similitudes en sus rostros, ni en los gestos. Floreal es bastante más alto, parco, inquieto. Faure es más joven, conversador sin límites y sin apuros.
Recurrimos a él porque, como dice, Floreal es muy modesto y no cuenta su verdadera participación en la insurgencia del 13 de marzo. Su trabajo y el de otros compañeros fueron muy importantes, invisible y anónimo.
No estuvieron en el combate, lo de ellos era preservar la organización clandestina y sus propias acciones. Si no se cuenta puede parecer que quien no tuvo una pistola o una ametralladora no hizo nada y sí hicieron.
Floreal Chomón Mediavilla no era sólo un locutor de Radio Reloj. Miembro del Directorio Estudiantil, integraba el grupo de acción que dirigía su hermano y era la fuente de información más certera del Movimiento. Creó una célula en la emisora que se convirtió en el núcleo principal del entonces Radio Centro.
Reloj tenía una planta de radio que recibía los mensajes de la Policía, con el objetivo de enviar un reportero al lugar de los hechos en casos relevantes y algunos periodistas se agenciaban el boletín secreto con las chapas circuladas, ambas fueron útiles al Directorio para conocer si sus acciones eran conocidas por los tiranos y si sus carros habían sido detectados en alguna actividad revolucionaria, lo que les permitiría actuar cuando fuera necesario.
Un miembro de la Motorizada venía frecuentemente a mirar el trabajo de los locutores a través de los cristales de la parte baja del edificio de M y 23. Floreal recibía instrucciones, pero al descubrir el interés del muchacho solicitó autorización al Directorio para entrenarlo y al mismo tiempo penetrar ese cuerpo militar.
Esta faceta fue clave en el trabajo de inteligencia del Movimiento Estudiantil. Día a día, Floreal copiaba en su memoria una parte de los códigos sobre el movimiento vehicular del tirano, y al llegar a su casa, los anotaba en una libreta. En poco tiempo los había descifrados todos, y esa información fue determinante para fijar la fecha, momento y lugar exactos de la epopeya, que trascendió como el levantamiento armado del 13 de Marzo.
V
Años después, cuando Faure Chomón era ministro de Transporte, se le reveló otra parte de la historia del fatídico 13 de marzo. Un periodista de apellidos Torres Momplet, que era miembro del staff de reporteros del Palacio Presidencial en 1957, le solicitó una entrevista.
“Le debo contar lo que vi el día del asalto”. Y contó.Estaba de guardia. Era un día caluroso y aburrido y contestó una llamada telefónica del jefe de información del periódico de Mansferrer, quien le preguntó si era verdad que estaban atacando a Radio Reloj.
El joven dijo “no chico, ¡esto aquí está más aburrido!” Y no hizo más que colgar, se produjo un estallido de balas. Se lanzó al piso y pensó: “¿cómo es posible que me preguntaran por algo antes de empezar? Con esta confesión, Faure corroboró que el asalto a Radio Reloj había comenzado casi un minuto antes que el de Palacio, y confirmó la tesis de que habían sacado del aire la planta de Radio Reloj y no era cómo decían, que si los locutores levantaban más la voz o cambiaban el tono, la emisora se cortaba.
Por única vez en la historia, cuando la radioemisora salió al aire de nuevo comenzó a dar la hora con un minuto de retraso.Torres Momplet le explicó a Faure que había estado allí todo el tiempo que duró el combate. Sintió la algarabía dentro del Palacio y la voz de Marta, la esposa de Batista, que al bajar las escaleras gritaba: ¡Mátenlos a todos, mátenlos a todos!
Al salir del salón donde trabajaba el reportero vio a un capitán de la policía que alzaba a cada uno de los heridos y los asesinaba a balazos por el pecho y el abdomen. Ningún herido en Palacio salió con vida. Todavía en aquel momento, Torres estaba impresionado.
Se incorporó al proceso revolucionario, pero tenía aquella lucha interior, estaba encubriendo a un asesino, que por demás había sido su amigo íntimo, recuerda Faure. “Le pedí que me dijera todo de nuevo para grabarlo y estuvo de acuerdo, pero no repitió el nombre del capitán”.
Al amanecer del día siguiente del asalto a Palacio formaron a una parte de la guarnición, y Torres Momplet vio cuando Fulgencio Batista se asomó al tercer piso para saludarlos, pero lo hizo con la mano –confirmando que había perdido la voz, pues no era su estilo para dirigirse a la tropa–.
Recordó también que Batista se pasaba la mano por la cabeza y tenía el pelo blanco. Faure lo interrumpió para precisarle que no podía ser, que el tirano (durante nuestra entrevista nunca pronunció su nombre) tenía el pelo negro. Pero el hombre aseguró: “Yo lo vi”.
El entonces Ministro de Transporte comentó: se repite el hecho histórico de aquella emperatriz de la revolución francesa que en una noche de terror se le blanqueó el cabello.
VI
Floreal y Faure no fueron combatientes por azar, son revolucionarios desde que tuvieron uso de razón, porque sus padres así los educaron. Hijos únicos de un matrimonio de combatientes antibatistianos, de abuelos mambises, no era casual que Georgina Mediavilla Díaz los conminara constantemente a que se cuidaran.
Cada acción podía costarle la vida, pero “el pensamiento primario era que saliera bien la operación”, dice Floreal, y Faure lo apoya: “no queríamos darle el dolor a una madre de que dos hijos murieran el mismo día, por eso a Floreal no lo dejan subir al auto de José Antonio cuando salen de Radio Reloj.
Ya había estado preso de la tiranía, si lo cogían lo hubieran matado. Hoy se trata de que los hermanos no estén juntos en acciones que pongan en riesgo sus vidas, pero entonces no era así.“Floreal y yo, más que hermanos somos compañeros revolucionarios, así hemos vivido desde niños.”
Y cuando la pregunta periodística precisa, Faure es el primero en responder: Si José Antonio logra llegar a Palacio para realizar la segunda operación, la batalla hubiera sido más grande. Todos los jefes lo hubieran secundado, tomarían los edificios con la mitad de las armas. Podíamos ganar o no, pero hubiera sido diferente.Si lográbamos la victoria, no se permitirían golpes de estado, ni ejércitos en el poder.
Los ejércitos debían unirse al mando revolucionario. De tomar La Habana, la lucha sería favorable, porque en la ciudad estaba el pueblo. Suponíamos que el Partido Socialista Popular, -no tenía una línea armada, pero era revolucionario- se sumaría, Fidel avanzaría desde Oriente, y podíamos garantizar que el poder fuera de la revolución. Esos detalles, José Antonio los analizó con nosotros. “La historia de Cuba era nuestra maestra”
¿Y el liderazgo?
“El líder indiscutible era Fidel. Estaba reconocido como jefe de la Revolución desde el asalto al Moncada”. Preciso, seguro, Faure recurre a la Carta de México, para demostrar que José Antonio, en ese momento histórico, se puso a las órdenes de Fidel.
Angola nos unió para siempre
Durante años coincidieron en los mismos escenarios. Todos los niveles de las enseñanzas secundaria y preuniversitaria los vencieron en las mismas escuelas, solo que en grupos diferentes.
Cada uno conocía la existencia del otro, mas nunca cruzaron palabras. La distancia y el azar se interpusieron entre ellos. Hasta la fría y lejana Unión Soviética llegó uno, el otro se quedaría en Cuba, aunque estudiaban la misma carrera: Relaciones Políticas Internacionales, sin embargo, una misión internacionalista hizo lo que nunca antes habían pensado.
“Angola nos unió para siempre”. La frase sale como del alma de Abel Pez Céspedes, un muchacho inteligente y muy discreto, que tuvo en el continente africano la oportunidad de entrar ´a la familia de amigos´ de Fernando González Llort, uno de los Cinco cubanos que aún guardan injusta prisión en Estados Unidos.
En los primeros ocho meses de la misión de dos años en Angola, vivieron en la misma habitación junto a otros siete cubanos que habían estudiado la carrera con Fernando. “Éramos muy unidos, todos teníamos una visión muy similar de la vida, de la Revolución; dos no están vivos.”
Con esa intensidad que la vida permite, durante la convivencia y la preparación para cumplir misiones importantes, Abel fue descubriendo los valores éticos de Fernando: “es un revolucionario nato, muy responsable, asequible, respetuoso, abierto, compartidor, jocoso. Le gusta cantar, ir a fiestas, hacer deportes.
“En Angola aprendí mucho de Fernando. Por sus convicciones, por los conocimientos de la historia y del desarrollo político de Cuba me hizo comprender muchas cosas que estaban en mi subconsciente, pero que para él eran cotidianas. Y eso me ayudó en el trabajo que posteriormente íbamos a desarrollar. Luego pasé por momentos difíciles en mi vida y él me aconsejó, trató de ayudarme. Está siempre presente en cualquiera de las situaciones de mi vida.”
Después de aquella convivencia, Fernando y Abel tomaron puntos diferentes de la geografía angolana. Allá coincidieron algunas veces y en Cuba consolidaron su amistad. “El deporte es un tema permanente en nuestra correspondencia. Fernando no es buen pelotero, pero la jugaba, y cuando me dice que se mantiene haciendo deportes, vienen a mi mente simpáticos pasajes de algunas de sus jugadas”.
Fernando y la prisión son pensamientos recurrentes para Abel Pez Céspedes. “No sabía que estaba en Estados Unidos, pero me estremecí cuando supe de su detención. Pensé en su ejemplar trayectoria y en los momentos difíciles que estaría pasando.“Para él una de las cosas más difíciles debe haber sido separarse del resto de sus compañeros. Quizás esa impúdica condena sea menos dolorosa si estuvieran juntos, apoyándose unos a los otros.”
Atlanta y la visión de una persona acuciosa y entrenada para hacer valoraciones son imprescindibles en esta conversación. “Yo creo que finalmente debe imponerse la justicia, es demasiado evidente el maltrato y las violaciones que se han cometido en este proceso, que debe ser jurídico y no político como lo han tornado las autoridades de Estados Unidos.
“Dada la lucha que hay en el mundo por este caso sería vergonzoso, para el sistema judicial norteamericano, seguir aplicando decisiones basadas en presiones de la mafia cubano americana de Miami.“Cada día, más personas en el mundo conocen sobre el caso de los Cinco, hacen manifestaciones, levantan sus voces en los foros internacionales, y esto es un elemento muy favorable en la posición que debe asumir el pleno de los jueces del Onceno Circuito de Apelaciones.
“Quizás en EE.UU. necesiten un poco más de información… Paradójicamente en ese país, donde se proclama que existe libertad de información, la gente conoce poco del proceso seguido contra nuestros compañeros, por eso, su constante divulgación será más favorable a esa causa y a la lucha contra el terrorismo.
“Conociendo a Fernando, como lo conozco, pienso que él, como Ramón, René, Gerardo y Tony, están preparados para soportar esa carga de hostilidad a la cual están sometidos.”
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