16 marzo, 2006

El eufemismo de la transición


El término transición democrática, que el gobierno de Estados Unidos intenta presentar al mundo como un recurso viable e inofensivo para inocular su modelo de “sociedad perfecta”, no es más que un eufemismo para encubrir el verdadero propósito de su política exterior. En el caso de Cuba, el objetivo confeso es destruir la Revolución.

Para Josefina Vidal Ferreiro, directora interina de la América del Norte del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, lo que cambia es el discurso según la circunstancia histórica. “A principios de la Revolución utilizaron como pretexto la alianza de Cuba con la URSS, después el apoyo a los movimientos de liberación nacional de América Latina y finalmente nuestra presencia en África.

“Cuando estas ‘amenazas’ desaparecieron, inventaron otras para sustentar la continuidad de su política, y comienzan a manipular, desde diversas aristas, el tema de la falta de democracia en la Isla.

La Ley Torricelli, de 1992, es el primer documento oficial que recoge la formulación del concepto transición democrática y su promotor fue Richard Nuccio, quien entonces era Jefe de los Asistentes Demócratas del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes del Congreso.

Sin cambiar los elementos tradicionales de la política norteamericana hacia Cuba, -el reforzamiento del bloqueo y la subversión interna- esa ley se propuso flexibilizar otros aspectos para influir en la población, minarnos desde adentro y buscar el cambio del gobierno cubano, política que trascendió como Carril II.

LA MERCANCÍA EDULCORADA

El concepto de la “transición democrática en Cuba” ha ido evolucionando. A finales del mandato presidencial de Bush padre le incorporaron el término “pacífica”, que se mantuvo durante la administración Clinton y en el primer año del actual gobierno.

“En el segundo o tercer año del mandato de W. Bush se añaden elementos de mayor agresividad. Los más recientes pronunciamientos o declaraciones de funcionarios del gobierno de Estados Unidos, suprimen completamente el término pacífico, y lo sustituyen por transición expedita.

“En este mundo mediático en que los mensajes son tan importantes y ellos los usan constantemente, no es igual decir que EE.UU. quiere derrocar al gobierno de Cuba por la vía del enfrentamiento abierto como hacían en la década del 60, a hacer críticas y cuestionamientos al sistema político.”

Estados Unidos también aplica el concepto transición en su política hacia otros países, promueve cambios en las naciones que consideran hostiles, mediante el uso de la fuerza como hicieron en Afganistán e Iraq, o por la democratización forzosa de regímenes que consideran deben de ser cambiados.

Este último elemento, la democratización forzosa, se expresa de manera muy agresiva en la política exterior norteamericana por medio del financiamiento directo a grupos de oposición o con la aplicación de sanciones.

“Otra arista de la llamada transición en el caso de Cuba es deslegitimar su gobierno a través de campañas de descrédito a nivel internacional: como son los temas de la violación de derechos humanos, la promoción del terrorismo, la falta de libertades individuales. Presentan a Cuba como un gobierno diabólico, como lo hacen también con Venezuela e Iraq.

ACELERAR LA CAÍDA DEL PROCESO CUBANO

En la actualidad el tono del discurso se inclina hacia posiciones extremas: hablan de liberar al pueblo de Cuba, de acelerar la caída del gobierno y de que el presidente W. Bush no va a aceptar una sucesión de poderes.

“Los planes elaborados por la actual administración norteamericana son claramente anexionistas, ni siquiera dan la posibilidad a los cubanos de escoger su camino, implantarían un sistema distinto, un cambio económico, social, político, dictando lo que se puede hacer.

“Afirman que no van a aceptar el traspaso de gobierno de Fidel a Raúl ni de Raúl a otro de los actuales dirigentes, tratan de impedir la continuidad de los revolucionarios en el poder, y ahora con el conocido Plan Bush pretenden desaparecer los vestigios del socialismo.

Un segundo paquete de medidas, que deberá instrumentarse según el Departamento de Estado a partir de mayo próximo, devendrá mayor reforzamiento de la hostilidad de la Casa Blanca hacia nuestro país.

Desde octubre del 2005, el Departamento de Estado, con la anuencia de la comunidad de inteligencia de Estados Unidos, incluyó a Cuba en una selecta lista de 25 países, que ellos consideran que a corto, mediano o a largo plazo puede haber un alto riesgo de inestabilidad. “Nuestra presencia en esa lista no nos deja otra alternativa que pensar que el uso de la fuerza se mantiene en los planes contra Cuba.

“El pronóstico para el caso cubano es de dos a cinco años, periodo que conlleva la elaboración de planes de contingencia, según ese informe. En este punto, una vez más esgrimen el presunto deterioro de la salud del Comandante en Jefe Fidel Castro y su desaparición física como el punto culminante para pasar del discurso a la acción.

“Esa teoría nos remite al error que constantemente comete Estados Unidos de personalizar la Revolución cubana, centrarla en liderazgos, desconociendo su historia, la institucionalización del país, y la formación de nuevas generaciones de líderes que están prestos y preparados para asumir el relevo.

“Las grandes personalidades no se reproducen. Las nuevas generaciones cubanos que tendrán la misión de conducir el futuro de este país lo harán con sus propias características, preservando siempre el legado de la dirigencia histórica de la Revolución. Los valores y las tradiciones no van a desaparecer.”

Evolución del concepto transición en la retórica de EE.UU.

1992:-
23 de octubre: El presidente George Bush firma la “Ley para la Democracia en Cuba”, conocida como Ley Torricelli, la cual plantea que “la caída del socialismo le proporciona a EE.UU. una oportunidad sin precedentes para promover la transición pacífica hacia la democracia en Cuba”.

1996-
12 de marzo: El presidente Bill Clinton firma la “Ley para la Solidaridad Democrática y la Libertad de Cuba”, o Ley Helms-Burton, la cual establece una política para facilitar la transición pacífica a la democracia en Cuba y el paso rápido de ese gobierno a otro electo democráticamente.

2001-
28 de abril: El representante permanente de EE.UU. ante la OEA Roger Noriega, planteó que “EE.UU. utilizará mayor creatividad y vigor para acelerar la inevitable transición democrática”.-

27 de mayo: La representante Ileana Ros-Lehtinen en carta a W. Bush expresó que bajo su gobierno se ha presenciado la liberación de Afganistán e Iraq y le ofreció propuestas y recomendaciones que permitirán un curso de acción que ayude a precipitar un cambio de régimen. -

4 de octubre: El secretario Asistente de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental, Roger Noriega, declara que el presidente W. Bush está comprometido a ver el fin del régimen de Castro”-

10 de octubre: el presidente W. Bush, al anunciar la creación de la Comisión para la Asistencia a una Cuba Libre, afirmó que “el régimen cubano no va a cambiar por su propia iniciativa, pero Cuba tiene que cambiar”-

5 de diciembre: Roger Noriega señaló: “Creemos que la transición puede ocurrir en cualquier momento y tenemos que estar preparados para actuar de manera decisiva y ágil (…). EE.UU. quiere estar seguro de que durante la transición política en Cuba los compinches del régimen no tomen el control de los aparatos de seguridad”.

2005-
1ro de febrero: el vocero del Departamento de Estado Richard Boucher refirió que un diálogo productivo con Cuba no es posible (…), “creemos que la presión es la mejor manera para asegurar cambios en Cuba”.-

16 de junio: El coordinador de la Oficina de Reconstrucción y Estabilización del Departamento de Estado, el cubanoamericano Carlos Pascual declaró que “es clave avizorar los pasos necesarios luego de la muerte de Fidel para fortalecer y apoyar la transición a la democracia, de forma tal que no sea una sucesión”.-

27 de octubre: El cubanoamericano Adolfo Franco, funcionario de la USAID, refirió que “el presidente Bush ha dicho que Cuba pasará por una transición hacia la democracia y los funcionarios cubanos van a tener que rendir cuentas”.

2006-
13 de enero: El Nuevo Herald refiere que Caleb McCarry, coordinador para la transición en Cuba, dijo que “no se puede predecir lo que sucederá en el proceso cubano, pero formar parte del régimen actual y pensar en una transición democrática no es la forma de avanzar en esta carrera por la libertad”.

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